jueves, 7 de julio de 2016

JOSE MARIA VALVERDE

  • · Pasaremos la misteriosa puerta que guarda mi cadáver cotidiano.
  • · Tú no puedes saber lo que vale un recuerdo, una imagen suavísima a través de los años,
  • que apenas recordamos cómo era, pero, de pronto, surge en medio de lo triste, como un dulce relámpago; no con su rostro, no con sus facciones, sino con una mezcla de sonrisa y mirada
  • en forma de luz de oro, de luz de dicha antigua, de inocencia, de lo que no hallaré, del fondo de mis sueños; luz de origen, de Dios
  • · Tú debes ser un ángel de un edén que he perdido y no recuerdo.
  • · y un montón de minutos iguales como arenasme separan de t
  • · Y el espacio no existe: aquí está el mundo.
  • · Yo entré casi con pena, deteniéndome ante ti, en tu país de luz antigua
  • · Ahora sabes qué inútil fue volverte a la pared, a atar el hilo roto, querer resucitar viejos muñecos, con mano dulce sujetar el alma.
  • · Yo te vi someterte poco a poco,quitarte la corona de ilusiones,descender del sitial de libertad a querer sin querer; he contemplado tu primera sonrisa temerosa, distraída, volviéndose a luchar contigo misma y el amor naciente, como asomada a una ventana, pero, escuchando hacia dentro de la casa los pasos de alguien que entra;
  • · Ya, más difuntos, andamos por un suelo más secreto; aprendiendo a ser dos, vamos errando
  • descalzos por lo oscuro de la casa, por donde al retumbar la voz se nota
  • que alguien vela en silencio, mientras mana la esperanza en tinieblas, como fuente
  • que no se oye, mas todo lo enternece; descendemos a nuestra roca viva
  • donde se posa el pie de Cristo, el peso consolador de Dios,
  • · Venid conmigo, entrad a la sombra que llega
  • · Éste es el tiempo triste de nacer con recuerdos.
  • · ¡Qué bien cabes, pequeña, dentro del corazón!
  • · Yo ya te conocía del país de los sueños
  • · yo acabo de encontrar algo que nada puede quitarme; el amor éste que te tengo y que irá,
  • hecho huella en el alma, hasta el mar de lo eterno, como río que llega del país del dolor.
  • · Es el quieto relámpago, la luz lunar maléfica
  • · La Fuerza se desliza siempre por las tinieblas
  • Está en nuestras cavernas ignoradas y horribles, tiene serpientes turbias en lo hondo de los vientres,
  • · La Fuerza llega al hombre cayendo desde arriba. Le es ajena, y en todos es la misma; por eso
  • tiende a pasar bajando, como un río en cascadas, a través de los hijos, rumbo a un mar ignorado.
  • · Lo que creemos nuestro no es más que la obediencia a un oscuro destino. Pasa, y de nuestra fuerza sólo quedan cenizas.
  • · Ved la sangre incendiada subiendo a las montañas, empujando las ruedas, cabalgando los vientos, amargando los mares y tiñendo las nubes. Es la Fuerza, esa Fuerza única y sobrehumana.
  • · Un río con reptiles difusos y gusanos, y oscuridades verdes sobre limos ambiguos.
  • Pero un río celeste, de éxtasis y misterio, que incendia nuestro cuerpo de eternidad y Dios.
  • Yo no sabría hablarte del reino del oscuro
  • Soy como la tiniebla nocturna que llama las ventanas aterrando a los hombres
  • Tú debes ser un ángel de un edén que he perdido y no recuerdo
  • Tú no puedes saber lo que vale un recuerdo
  • De pronto surge de lo triste como un dulce relámpago
  • Con tu suave luz de oro
  • Y un montón de minutos iguales como arenas me separan de ti tú aparte yo entré casi con pena deteniéndome ante ti en tu país de los antiguos
  • Se hace que estaba amaneciendo y en la neblina y en tus vagos párpados empezaba la tierra
  • Venir conmigo entrada a la sombra que llega
  • Que bien cabeza pequeña dentro de mi corazón
  • Yo ya te conocía del país de los sueños
  • Yo acabo de encontrar algo que nada puede quitarme el amor éste que te tengo y que irá hecho huella en el alma hasta el mar de los eternos como río que llega del país el dolor
  • La fuerza se desliza siempre por las tinieblas
  • Grita allá en lo oscuro como un pájaro ciego
  • Ver la sangre incendiada subiendo las montañas
  • Lo que creemos nuestro no es más que la obediencia a un oscuro destino
  • Un rio celeste de éxtasis misterio
  • 7775 días antes de que encontrara dónde te me habías acurrucado amor para crecer lejos de mí

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