CARLOS LATORRE
Un hombre
sobre un vientre es inmoral.
La locura del
lógico terror esencial.
Y sobre el
suelo se destruye un imperio de salvajes mariposas.
Sus besos giran en falso como la llave rota en la cerradura.
Siempre te
querré entre estas cuatro paredes
MIGUEL
LABORDETA
oh este
infierno bellísimo y fugaz como un cruel deseo inagotable y dulce
incendiamos
los rostros con ceniza y con sombra.
Dragones llegó
surgen de las bocas húmedas de los metros.
De los ángeles
descarriados que piden limosna sus violines rotos y sus manos quemadas.
Los perros no han venido sólo para ladrar sino para ver en las tinieblas.
Era como la
estrella que siempre estuvo ahogada en mi sangre.
Tú estabas ahí
en medio de la noche con algo de lámpara en los cabellos.
Niña de agua
en tus ojos una ternura amarga despedida palomas de temor palomas
La dama
abanicando una sospecha se inicia en un vino de asteroides que le ofrece el
jinete.
Ahora está
ella en lo alto de la escalera. Un pie en el infinito otro en un peldaño que
llora desolado.
Mientras sus
rezos se hacen más lentos sus dos pies llegan al infinito.
JOSÉ LEZAMA LIMA
Los antifaces
robados en la cámara de los venenos.
Las manos que
se perderán en el río que no podrán reconstruir la estatua de la mujer apagada.
Un momento de
siglos que tardaré en desnudarme en quedarme a oír los pasos que van a romper
el cántaro.
El ángel
vigila la ciudad donde pasar el invierno.
LORCA
Así bajo las raíces y en la médula del aire se comprende la verdad de las cosas
debajo de las
estatuas no hay amor.
El amor está en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.