- Entre manzanas blancas en una esfera azul
- Como escucho el silencio de tu paso en la niebla bajando la escalera en notas del laúd
- Y llorar en la isla de una desierta
estrella a jóvenes arcángeles enfermos como tú
- La tristeza había doblado en dos la
antigua rueda
- ¿Quién te ungió las manos para que no
pudieras jamás herir las cosas?
- Novia que viajas sola en un velero de
hostias
- Tus ojos que conocen eso duendes de cera
que andan con las abejas al pie de los altares
- Por tu amor en el éter se conservan los
trinos las plegarias se tornan cascabeles azules
- Te conocí con toda mi alma ausente
- Tu mirada es la infancia del color de la
tierra
- Como un ángel desnudo en el claro del
bosque
- Un carro lento dividido en siglos
- La catarata inmóvil del silencio
- Vaporosa nodriza de una cuna de tréboles
ala de margarita que retoña las hadas
- Aquella música que tiende sobre el río
siete puentes de rosas
- Una hebra distante y tan delgada que
moría en el cielo
- ¿Quién mirará en silencio cruzar por los
cristales detenidos las cosas que terminen con la lluvia?
- Cuando la primavera alce sus hojas que
luminosas potras de topacio se enteran de amor sobre nuestros sepulcros
apagados
- Esta acaso en ese sitio bajo las
tinieblas bajo las camas en donde se reúnen todos los zapatos de este
mundo
- Nuestros encuentros no tienen mundo
- Yo le ves en la piel los labios más
profundos de su cuerpo y desperté en el fondo de su vientre
- Me abres el vago cofre de los astros
perdidos
- Y el olvido en tu abismo que unifica las
cosas
- Adiós canción antigua
- Con los ojos cerrados viajaban
silenciosos hacia un país de incienso
- Os dejo: la distancia entreabre sus
cristales
- Desde el fondo de mi alma me llama ese
carro que silencioso que baja hasta la sombra de mi memoria así quedará
ella con sus frutos extraños para que un niño ciego pueda encontrar mis
pasos
- Pecho despedazado por las anclas de fuego
de la música eterna
- El patio lloraba una estatua hacía
- Un hoyo remoto pasaba a la nada
- Una niña muerta soñaba en un cuento dicho
desde una alta ventana de niebla
- Arriba en la tarde flotaban los obispos
con lámparas chinas de azufre y trigo
- Un viento blanquísimo dormida plegado en
un seco lienzo de aves olvidados
- Un reloj recién nacido profundos
- El peso de un pájaro recorrí el muro
- Dejó en el fondo de mis bellos días
misiones con sus rosas de delirio, dejo mi lengua de escorpiones
sumergidos, mis ojos de dios para verla nada
- Llevó mi origen de profunda altura
La página contiene las frases y los poemas de mis autores más admirados, que hasta hoy me acompañan en el camino de la creación poética
jueves, 21 de mayo de 2020
CÉSAR DÁVILA ANDRADE - FRASES
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