viernes, 28 de enero de 2011

ALDO PELLEGRINI - Frases

Caballos grises que llevan el despojos de los hombres
Tan alto que todas las manos extendidas no alcanzan
Su sangre es un pájaro
Una mujer de 40 años perdía intencionalmente un pañuelo en un café.
Las patas de los insectos y el camino del niño recogían juntos la hermosa flor de la simetría
El niño abandonara su cuerpo en el bosque de las transformaciones
Hay tanta gente en la calle que será necesario vestirse de rojo o llevar un niño pequeño de la mano hasta el lugar en que nadie camina
Por esta puerta abierta los señores pueden entrar en el recinto de los fantasmas
El misterio comienza en el aparente final de todos los caminos
El orgullo muerde al alma a una altura increíble, por esa razón el hombre es un concepto irritante y solitario.
El rumiante sentado se compenetra en la inmortalidad del alma
El tiempo hace de mí una multitud
El cementerio aúlla de placer
Si delante de cada tren se colocara un espejo, velocidad seria penetrar dentro de sí mismo sin el peligro de las catástrofes ferroviarias
En el día de las lámparas los ojos brillaban como la medianoche
En toda la superficie y en toda la profundidad del mundo los cefalópodos devoran a los aventureros del espíritu
Todos los lugares toman la forma del placer
Un nombre crea las ventanas cerradas
Es imposible reposar sin morir
Árbol que se olvida o guante que se pierde
Como un sueño pasa el silencio vertiginoso de las casas deshabitadas
La risa inmóvil de la torre de acero
Que alas abandonadas podrán mostrar sus secretos
La quiromántica pronto volverá a preguntar “¿qué queréis?”
Levantaba al hablar el polvo imperceptible de tu nombre
Pero ella en lo alto de la escalera me muestra su rostro sin relieve, su aliento sólido. En el vértice de la torre es un punto negro que se lanza al vacío, se mezcla con los pájaros, se disuelve en la atmosfera, se precipita sobre la lengua jadeante de los canes mayúsculos, se aleja triste con los brazos caídos, pisoteando su propio cuerpo y su propia sangre.
¿Así pensáis alejas la angustia de ese rostro seductor?
La puerta se abrió para no dejar pasar a nadie
Imaginada con gran esfuerzo la memoria sería un mazo de cartas que se arroja desde una ventana a una manada de cerdo.
Donde hay un hombre el silencio lo acompaña como una esperanza de muerte
El sonámbulo marchaba lentamente sobre los pasos perdidos, sobre las noches de amor, en el lugar en que una mujer desaparecida daba de comer a un perro muerto.
Eran las doce de la noche y los durmientes se diferenciaban de los cadáveres solamente por la vulgaridad de sus sueños
Despertar es ese gesto de asco que cotidianamente hacemos ante la realidad
Los banquetes se realizan en la palma de la mano
Los suicidas quitan las lagañas de cobre de los ojos irónicos de las estatuas
Cambia los motivos de vivir, arrepiéntete de haber nacido y de pie, vacilante en la puerta, escupe en la cara del hombre que te trae tu sombrero, apartando con un gesto el acostumbrado grito del espanto
Con las caligrafías del aire se comprenden todos los misterios
Un hombre provoca la desaparición de otro al sacarse el sobretodo
Al caer la mitad izquierda del cuerpo cubre de letras temblorosas la transparencia del aire
La sangre que reposa en los lugares irremplazables
La calle hacia una mueca parecida a un hombre que camina
Un perro frenético desentierra un trozo de carne sucia. Si lo dejas escapar has de saber que lleva entre los dientes la mujer ideal, la sombra que ha respirado el oxígeno de tus sueños
Un pequeño hotel lleno hasta los bordes de la sombra sigilosa del vacío
Llega el viento y arroja su corazón endemoniado
Tiene la cara apacible como los pájaros cuando resucitan
Cuando nadie lo esperaba los dos hombres más alegres se suicidaron para permitir que el tercero se transformara en ángel.
Para revelar lo oculto comienza por disipar lo visible
Un termómetro y la sombra del mar en la frente
Los tartamudos heredan la reverencia
La llama se nutre de planos elípticos y persigue a lo lejos al caballo fugitivo
En el extremo de la calle más angosta el pregonado de esperanzas une el pasado el presente y el futuro
Es demasiado temprano para recordar qué crímenes habría que cumplir
En el centro de la frente una gran herida y a través de ella se ve el muro secreto
Nada ocultes a aquel que azota las paredes
Son las hebras musicales del viento
Las esperanzas se venden a un precio irrisorio
Los escalofríos se deslizan como arañas por el espacio arrastrando a los pequeños seres desnudos nacidos de la claridad del pensamiento
Un buen remedio para la vida es ignorarse a sí mismo
Hay una mujer o una sombra de espaldas, frágil, tan frágil como el amor
El amor es esta enorme fatiga que nos circunda
El canto nace del corazón nocturno
Hay incendios circulares y un cuerpo inmóvil
Todos se aparatan cuando la existencia palpitante avanza por el centro de la calle
El incendio extinguido se reclina
Solo lo puramente vivido y lo puramente soñado construyen la inalcanzable realidad
Al alejarme de ti renuncio definitivamente a la vida y a la muerte
Los que se buscan no se encuentran. He aquí la base de la felicidad humana
Solo queda la espuma de su rostro vacío
Rueda el olvido sobre el llanto y hace florecer la misteriosa planta de los castigos
No existe el gesto que pueda crear el olvido total
Abres los ojos en los que se posa el mundo, para borrar la vida
Un pájaro de luz salió de tu cuerpo transparente
¿Cuándo podrás alejar a la jauría enloquecida?
Te has destrozado al caer. Los restos de tu cuerpo se arrastran por todos los rincones del mundo
Una voz se entreabre para mostrar su oscuro deseo
El amante oscuro sube la escalera arrebatado por la danza frenética
El ahorcado se balancea al eco de sus ladridos
¿Cómo podría llegar hasta lo que no se ve de ti?
¿Cómo hacer brotar el deseo ardiente de tu carne entreabierta?
¿A quién buscas por ese camino palpitante?
Tu corazón galopa lejos de mí
Buscándose en el infinito los reflejos se torturan
Es necesario destruir la máscara, la impasible mascara de la espera
Los ciegos traen una luz que hace resplandecer las cosas
Hay que eludir el punto donde lo invisible se hace dolorosamente visible
Todo lo envuelve la niebla en la que se extravían los ojos
Se permite adorar al dios de la distancia
¡Cuántos destinos rodeados de obsesionantes melodías!
Una calle desierta es la que buscamos doblando la esquina de los aullidos
No es llanto, es el tiempo que fluye
Si cesa la lluvia todo será lo mismo
El desconocido se aleja lentamente
Vivir significa despertar en el sueño
Oh tu marchar inmóvil ha recorrido ya todos los caminos
La maravillosa calle del límite
Tu mirada es un roció de asombro sobre el mundo
Las horas giran como ratas minúsculas
Ahí estas erguida y sola nunca más te alcanzaras.
Los hombres resplandecen cuando sueñan
Ah no esperes zarpar hacia el país del descanso
Todo es tan solo un interminable escalofrió
Gota a gota desde una desenfrenada altura, cae tu sangre
Sola en el vitral danza una bailarina de polvo
La amante de luz se desliza hasta los parpados ciegos
El sembrador de angustias yergue su rostro en llamas
Cuando la esfera silenciosa deja de girar todo se hiela
Ahora marchas inmóvil hacia la nada arrastrando tu eterna sed como un gran goce
¿No hubo nadie capaz de iluminar esa noche que convirtiera en llamas la sombra espesa que nos separa a todos?
Cuando llegaste a la luz ya estabas herida de muerte
Tu ignorancia de amor te aproximo al destino de los inocentes
Noche de los tumultos atravesada por pájaros de humo
El que interroga se yergue en un marco de silencio
He ahí la alegría de vivir perdida entre columnas derribadas
Detrás de tu inmensa fuga tu desnudez flota como una nave
La multitud se inclina y los tiranos resplandecen
El viajero apresurado ha perdido el corazón
Lentamente la mano del sueño me entrega su noche secreta
Una tempestad de mordiscos hace sangrar los mármoles
A cada instante nacen y mueren infinitamente seres invisibles que fecundan el tiempo
Cuando se invita a los súcubos hay demasiados invitados
Si no es posible atravesar los muros, es posible huir de uno mismo y no retornar jamás
¿Es posible atravesar los muros?
Por cada paso adelante hay una doncella asesinada
En los grandes banquetes los cadáveres cumplen una función estrictamente decorativa
Los amantes extraviados se deslizan lentamente
Todos los caminos destruyen vidas inocentes
¿A quién puede sorprender la visita de la pequeña ausencia envuelta en su repetido vértigo?
Todos hemos nacido en el día más trágico de todos los tiempos
El sol vacila en la puerta
Los líquidos se derraman para que hable la sangre
La curiosidad de los niños perdidos
La palabra puede tornar transparente al hombre
No se pueden palpar las palabras, solo los gritos
Detrás de la piel del hombre está el hombre
El mordisco luminoso que hace sangrar la realidad ultima de los seres y las cosas
Un invisible mariscal de tinieblas
Viaja en tus venas un pensamiento que no descansa
Cuando tiendo la mano te alejas hasta más allá de la niebla
Navegante nocturno, te traigo el milagro de las palabras luminosas
La llave de la puerta del tiempo está hecha con el metal del sueño
Un poco más acá y un poco más allá recogen a los extraviados en la niebla
Protegidos por religiones de tierra y de ceniza
Con oraciones de miel y orquestas de pájaros
Al partir se entra en el desconocido aposento del espacio donde todo es igual, todo es diverso, pero todo con las mismas sombras: el despertar de los que huyen
Rosa de ultramar que todos los viajeros buscan disuelta por el viento
Cinco continentes con la sonrisa en los labios, ojos de astrónomos locos multiplican las estrellas
Almirantes voraces dan caza a la eternidad
Mírame hasta el agotamiento donde el temblor se deshace en la inmovilidad de tus ojos
¿Desde qué día has dejado de creer en la noche?
Y tú has comenzado a caminar por la cuerda de mis sueños y embellecer la muerte de mis pasos
Un inmenso órgano vibrante es tu cuerpo que suena en silencio. Música de locura que arrebata al desconocido que vive en mí
¿En qué lugar de indeclinables nombres has anclado?
Te envuelven murmullos de seda que ascienden por escaleras infinitas hasta que una extrema fatiga los derrumba
He aquí la calle habitual siempre desconocida en esa calle te descubro diariamente
Los paraguas desfilan ante la ceguera complaciente de los arboles
En esa calle aparece tu voz de caracol amarrado reverbera la pereza nacarada de tu cuerpo
Sigilosamente penetro en el aposento de tus ojos atravieso el puente imperceptible de tu aliento
De pronto a ciegas en el preciso centro de tu silencio derramo tus cantaros secretos
Para que un líquido de orgullo infinito acaricie la tierra
El último árbol de la noche ha dejado una huella sobre tu frente
Si te has despertado agitando tu manto de telarañas
Agitaste el tropel de ratas ciegas que te roían dormida
Ya estas despierto. ¿Adónde vas ahora?
Ya estas despierto. Subamos por la angosta escalera hasta el confín del tiempo para sorprender allí a los minutos perdidos
Con inexplicable dulzura, nieves aterradas transforman en viento a los que avanzan
Horas inútiles se ocultan tras la puerta dorada
Las palabras se encadenan a un profundo secreto
Los que se atreven a sonreír pierden su lugar en el mundo
¿Adónde vas sin mí?
Prepárate para tu fiesta
La fiesta de las manos que se resquebrajan, del sudor, de los crujidos, allí donde el letargo de tu carne se precipita en una oscura danza
Tu fiesta es la fiesta de las arañas que devoran ferozmente tu riqueza nocturna para alimentar su miseria inagotable
Allí sumergida en un olvido sin límites compraras motivos para tu risa, compraras estruendos para llenar tu silencio
¿Desde qué abismos de destemplanzas surgió tu mano para aferrarse a este mundo?
Castellana asomada a la última torre en su castillo de carne mordida
Azotan grandes oleajes de un océano de lentitud
¿Dónde está la multitud que busca a una mujer?
Solo la castellana asomada a la torre más alta lleva en su boca los restos del naufragio de los besos, rodeada de castillos de silencio, de castillos de niebla, de castillos de espera
Solo la castellana asomada a la última torre desde donde solo ve castillos de humo, del humo de la carne que despierta en la noche del deseo, del humo del insomnio
Apenas el sol que ha encontrado su cabellera, su desnudez que busca los mil lugares del mar sus ojos querer instruyen al mundo
Completamente nada, solo la castellana asomada a la torre más alta de un castillo de aire sostenido por las manos de todos los hombres, por la mano de cualquier hombre, del hombre último, del hombre que no existe
Los pasos y los latidos de la noche, noche tras noche, noche delante de los ojos cerrados; la noche el cuerpo de la noche y los habitantes de la noche para el ansia sin límites de la castellana
La castellana desciende a arrancar el amor en las calles, naufraga de un océano de vida, naufraga de un mar de indiferencia, naufraga, naufraga recogida en un continente de desamparo a la búsqueda de hombres olvidados en la playa de la soledad
Un perro que persigue espejos
Una mujer que despierta y llama a su hijo y al hijo que no existe
Cuando se abre la puerta la casa esta vacía
Persiguiendo a las manzanas maduras del insomnio
Abriendo tu pecho núbil que siempre llega tarde, que retrasa los relojes y proclama la torpeza de la presencia
Para examinar las calles tortuosas transformadas en relámpagos
Solo viven en el profundo silencio que se hace a cierta hora en que de pronto todo se vuelve incandescente y las mujeres bajan los ojos resplandecientes de pudor nocturno
Mirando siempre a tu alrededor para encontrar la hora oportuna la hora de desnudar tu esqueleto de diamante
Tu belleza no depende de tu piel sino de un sistema de resplandores fugaces
Cuando todos acarician en sueños los terciopelos que ocultan las fabricas imposibles
Te levantas cautelosamente para iluminar a los perversos trabajadores nocturnos
Adiós. Nos veremos solo muy tarde en el lugar sin nombre donde se amontonan las estrellas enfermas
Tema que cambia en un hombre que no cambia
Ya soy uno encaramado en mi árbol de silencio
En la oficina de objetos perdidos escucho latir todos los corazones
Usando un lenguaje comprensible logro apagar el corazón
¿Quién ha despertado tus monstruos, tus salvajes caballos en la lluvia?
El cielo está lleno de ojos perdidos
Adónde van tus monstruos. Los he visto caminar con talones de plumas, de acero y de mercurio y perderse en la niebla
Has descubierto que la soledad es un canto.
Tú hacías surgir vampiros de las piedras
¿Cómo se entienden los hombres con los cadáveres?
Azotaste al lenguaje para después llenarlo de vino
Yo oculte en las entrañas del verbo un diamante que corta las almas
Para buscar la calma hay que predicar el desorden
Palabra y vida incendio y sueño se mezclan. Recojamos la cosecha
Marchemos hacia ese mundo de locura sediento de veneno con nuestro vino embriagador
Vino de las hogueras para encender la luz de las tormentas
No te alejes del tiempo, no te alejes de la hora indescriptible. La hora que todos tratan de ignorar, esa es tu hora, la hora de arrojar los relojes a la calle, la hora burlesca del tiempo maldito, la hora que se detiene para ti
El labio sagrado encendía el parpado siniestro
Relámpagos de azúcar
No se puede encontrar el mundo
Y un vaso de noble vino que espera al bebedor decapitado
Un día la epidemia de la inocencia destruirá al mundo
Imposible esperar la luz del rostro que resplandece
En el límite de la luz la mujer se entrega
La mujer que vive de modo invisible
De noche al pie de la escalera la mujer verdugo vacía los ruidos y hace ondear su espanto perfecto, tentación irresistible para los cuatro puntos cardinales del amor
Princesas quebradizas se ocultan detrás de las canciones de fieltro
Procesión de lavanderas y sonámbulas adoran a un extraño silencio
Los pobres persiguen el humo tenue de las caricias
Una sola mirada lo disuelve todo o lo crea todo
Con el nácar de los rebaños y la ceniza de las pasiones
La buena voluntad engendra peces dorados
Evitad toda confusión: comienzo y fin son una misma cosa
Qué alegría vivir tras las preguntas que iluminan la conquista final sobre el silencio
Muy cerca se detienen los enigmas
Despidámonos para quedarnos
A través de la mano se ve el acero
Acerquémonos a la silla vacía
El camino de todas las cosas
Un solo camino conduce a todo y todos los caminos conducen a nada
Los parpados apagan la catedral
Con nieve las amenazas fabrican murciélagos y los murciélagos quiebran el espejo del océano
Estamos en la encrucijada de todos los caminos
Solo queda avanzar en un mundo que se resiste
Dientes de niebla que repiten la misma canción
Con mis pasos más veloces que el tiempo, con mis pasos de cólera quiero morder el aire que me inunda
En un ritmo lento y cruel, en una interminable sacudida arroja mis pasos perdidos, pisotea la indiferencia de los muros y en el eco feroz de los rumores, repite, repite la misma canción
La mano nos deja su sombra de humo
Para el maniático de las alturas plataformas de piedra, plataformas de bronce, plataformas de acero donde rondan cabezas de hombres
La señora esta transida de frio, está cansada de todo, no sabe navegar en las sombras, y lleva un cuchillo a la altura del pecho
La buena señora confunde el canto de las sirenas con el canto de la vida y sonríe
La semejanza del árbol con la niebla
Observa atentamente la danza de la transformación de los sentidos
Oirás la música de la luz, oirás la voz del árbol que cristaliza tu mirada
Por frondas de petróleo circulan arcos de espanto
Tus dedos apuntan a una edad perdida
Tijeras que cortan huracanes de silencio
Tijeras de petróleo como leones en celo
El prisionero de sus fantasmas rompe su cárcel inútil de llamas
Todo lo cercano agoniza. Todo lo lejano renace
El punto en que todo lo existente estalla, ese es el punto que buscas para empezar a vivir, se le denomina morada sutil de la zona sensible del amor
Cuando un personaje vestido de negro se arroja a un abismo otro vestido de rojo se arroja a un carruaje. He aquí el misterio que no se solucionara jamás
Retornemos al canto del fuego
Aquellos que mastican mañana tarde y noche y piensan al compás de sus mandíbulas
Oh hermoso niño te llevaré a tu cálida cuna atravesando los siglos y mediante la ciencia de unos puntapiés te arrancaré de tu sueño
Retornaremos al canto de hielo
Las chispas eléctricas surgidas del roce de las vírgenes satinadas al compás de la inocencia
El canto de hielo, el canto que congela a las viejas cotorras que penetran contoneándose en su túnel de olvido
Padres feroces arrasan castillos de hadas
Harapos de piedra cuelgan del vientre de dios
Retornemos a la vida fugaz del hombre inventor de la melancolía
Los argumentos de la muerte se cierran en la valija de fuego
¿Y a quién llama entonces el niño? A su madre, la portadora de la gran valija de fuego, la primera y última, la que muestra su perenne sonrisa triunfal, la que siempre retorna
Retornemos al niño que busca sus juguetes en el centro del espacio
Retornemos a la valija de fuego donde se consumen los mortales, donde se encierran las cenizas, donde se amontonan los triunfadores
Retornemos al fuego de alejarnos y al fuego de acercarnos mientras dios camina incansablemente a tu lado por toda la eternidad, heroicamente solo, humanamente solo
He aquí el gran espectáculo que la valija de fuego no puede contener. El espectáculo de la soledad de dios
Simulando una sonrisa recoge tu valija de fuego extinguido, tu valija de noche abandonada por sus fantasmas
Juguete inolvidable, revelador del gran secreto
Con los argumentos de la muerte se puede triunfar en la vida
El lenguaje es mi caracol privado
Estoy frente al espejo como un cansancio que se prolonga
Ya no quiero detenerme en los caminos acosado por las migraciones de las medusas
Es necesario despreciar a los ojos muy dulces hasta el límite en que la mano se convierta en sombra y amarlos cuando aparecen en la calle sorpresivamente unidos a un mundo distante
Despreciaras a todo lo que se ama y amaras a tu prójimo hasta la extrema dimensión del desprecio
Como la saciedad cuando se deja su limosna en la mano del sueño
De pie ante el altar soportaras la fiebre del alto desamparo
Oh dios desenmascarado apoyando la mano en la gran frente del mar
Nada queda sino despreciar a los bellos ojos sin castigarlos
Y cuando hayas aprendido a despreciar, conquistaras la belleza
Ellos te pagaran con odio hasta que el odio alcance la voluptuosidad del ruido
Amaras a los imbéciles con su irresistible mirada de sombrero
La lluvia desborda donde el pecado se multiplica
No camines sobre tu delirio: espera y canta
La tierra te abandona, en el polvo se escribe tu nombre
Cuando acuden los sudarios se descubre solitaria la evidencia
Persigue a tu dios, cede a tus indulgencias, queda en el país sin sombra
Las frentes casi se tocan nutridas por el increíble poder de la distancia
Oh dolorosa, esperas sentada en el corazón de la aventura
Hasta que podamos crear la noche más pequeña, noche a la medida exacta de nuestra grandeza
Como el retorno del ave fénix que prefiere su mundo de cenizas
Tu piel ilumina el camino del abandono
Nosotros dos, únicos, creados no de barro sino de un soplo de lo divino
Avergonzados de lo divino nunca podremos encontrarnos
Nunca podremos encontrarnos porque sobre los dioses pesa la sagrada incapacidad de sufrir y vencidos por la necesidad de amar ascendemos hasta la cima misma del conocimiento armados solo de ceguera
Los buitres de la náusea esparcen su sordo rencor
Un hambre vertiginosa cultivada en el desierto de los hombres
Impulsada por un curioso sentido de orientación te atrae la fuerza irresistible de olas melodías de lo oscuro
Abandonando el límite de ti misma donde la máxima claridad agita sus tentáculos
El mar golpea a la altura de la puerta con su llamado de ondas y su oculto mensaje de naufragios
La memoria recorre un horizonte estéril que agoniza y cambia de ruta para encontrar siempre la dirección de la asfixia
Una gota de sangre donde no hay nadie
En el amanecer de tus plumas eleva tu cabeza
Despierta con prudencia a los corales que duermen
Deja que tu piel encienda en el aire olvidadas luces
Cuando te incorporas un largo estremecimiento sacude al rebaño de las cosas
De tu pequeño océano de vida surge el mundo
Danza tu sigilo, tu sigilo de oro
La danza te encadena a lo distinto, la danza que roza el espacio pero no lo penetra
Solo la danza atraviesa la transparencia
Una lluvia de formas nacientes restablece el mundo de los objetos
Tus manos llaman en vano hacia el corazón de las cosas
Tus manos ávidas del dinero que compra la pureza
Mendigas felices, huérfanas de suave fascinación
La ternura de los galopes a flor de tierra tan lejos de la atadura del polvo celeste
Extranjera derrotada por el fulgor de los relámpagos
Dura comarca en que las mujeres esperan como leyendas en los umbrales inmóviles con sus ornamentos funerarios donde se abre la puerta del amor
Faisán de la alabanza, tu corazón extraviado me guía
En tus ojos asoma el prodigio de los relámpagos
Las hijas del verdugo exhiben sus pies de plata
Los perros husmean las mejillas en busca de los caminos mentales
Cualquier espera es infinita
Ni llegan ni se van echan raíces en la desolación
Los relojes tiemblan, la eternidad está lejos
La fecha frágil de los encuentros
Perder los naipes y asomarse a la molesta ventanilla del suicidio
Con la agonía interpretaras fielmente la locura de los dioses
La locura nos observa inaccesible a discreta distancia de la tierra
Las antiguas historias que tiemblan a la espera de tu presencia recatadas en sus amplios vestidos de niebla, de polvo, de rincones de seda, de dientes de terciopelo, de piel de salamandra, de tela de pasos que se van, vestida hasta lo imposible
Hay un lugar en el espacio, una morada de reposo para los descontentos lejos de la velocidad y el desorden con una calle sin término y una multitud sin gente allí dejaras de pensar, dejaras de mirar fijamente y de tender los brazos y te acostaras para lograr sin esfuerzo la conquista del último deseo
Un día huyendo de ti descubriste que el límite del espacio era el contorno de una mujer
Esqueleto de agua turbia
Solo ante ti me inclino y te obedezco servidora de la llave del viento
Pensamientos que rondan la casa y despiertan al hombre para el pensamiento
Despertador nocturno para bestias solares
Una mano que se agita aclara la rabia del mundo
Una atmosfera coronada de incendio
Los noctámbulos penetran en las jaulas pronunciando palabras ardientes
La bella magdalena con su humilde manjar de culpa, su tristeza erótica y su roto marfil
Las mujeres comercian con el fuego
Los enemigos marchan de la mano
Las lágrimas brotan de las puertas
Los ciclistas ruedan sobre los principios morales
La alegría hace estallar las venas de los ángeles
El sacerdote acompaña con los ojos la danza
Un gemido alucinante guía los pasos del sacerdote hacia el deleite
Luminosa y mínima como una lámpara emergiendo de un oscuro llamado inolvidable
En vano llamas a la puerta, peregrina
Existe un horizonte que se despeja de tu presencia
Los sueños hacen rechinar las puertas sin molestar a los niños
Atormentados por pastores celestes los cazadores de caricias se pierden en las callejuelas
La oscuridad nos acerca
La noche se prolonga más allá de las promesas
Cofre de la sonrisa con un minúsculo mundo de tormenta
Las amenazas encienden las lámparas
Adiós, hasta que la tierra se torne indescifrable, entonces volveré aunque ya no me recuerde, volveré a restituirle su sombra
Qué falsas noches invitan a los camellos
Los péndulos engendran la alta marea
La rotación de la tierra se persigue a si misma
En el espacio donde las manos se posan simplemente para soñar
El viento pasa por los caminos prohibidos
Las madres se deslizan por el terror ofreciendo la leche de su voz
La ferocidad del viajero alimenta a las señales distantes
Relojes del paraíso perdido para marcar el tiempo del hombre más rápido que el tiempo del universo
Las abejas anidan en los espejos para emigrar más tarde hacia las miradas distantes
Todo lo que vemos, todo lo que soñamos, todo solo existe en la sagrada iluminación de la carne
Una hora inmóvil que abarca todas las direcciones
Una ciudad que brota del más mínimo gesto
La vida es muy frágil. Los que la aman la acompañan muy seriamente, en silencio
Los objetos frágiles están preparados para la gran danza de la destrucción
Y un corazón caído. Inmenso. Inmenso.
Ahí tu nombre inmenso, inmenso
He aquí tu nombre inmenso que nadie pronuncia
Tierra confusa la sangre que regresa y una flor callada
No levantéis la voz. Es la época de las barcas violentas de los remos atormentados y los puertos taciturnos
Y el agua de mar se hará potable para apaciguar la sed corrosiva de los náufragos
Unos ojos azules recogen el viento para mirar
Y olas enloquecidas llegan hasta la orilla de un país silencioso
En una calle de apretado silencio transcurre el asombro
Tu cuerpo y el mío se adelantan y aproximan y aunque nunca se toquen aunque un enorme vacío los separe tú y yo existimos
La tierra azul nace de un silbido
Un ciego declama en medio de la tormenta
Un cristal que se destroza deja tras de sí una enorme huella de transparencia
Estoy sentado junto al más bello de los cuerpos. Un cuerpo que cambia en cada nuevo encuentro
Solo hasta que la incalculable profundidad del grito señale la hora de la caricia ardiente
Es la puerta que cruje y da entrada al dolor
Descansas. Porque ya no existes, porque nunca exististe
Extraña muerte bella como un sueño en un lugar desconocido del espacio
No puede lo que no existe
Y ahí estas sola carente de muerte, envuelta por el musgo y los torrentes sola en el silencio mineral de la luz
Una sombra el labio herido un arco sobre el cielo y el parpado nocturno
El vuelo tardío del rostro sin amor
El rodar de los más dulces sentimientos despierta el eco de las maquinas
Un puñal hace sangrar la niebla
Se utiliza la emoción desbordante para acelerar los gemidos
No se puede ser niño y dios
La espada en alto, la cabellera hendida en la zona del terror
La entrada al territorio de las vestiduras desgarradas
Embriagados, apuran el sorbo de la luz desconocida
Mueca del silencio, huella de la rueda, no te veré nunca más
El mundo es mío, te lo doy
Los hambrientos devoran como siempre las manos que los socorren
El suicidio oculta una inmensa victoria
La voz que llama está cada vez más distante
Mirar es como una casa abierta a media noche
Una inexorable dimensión que pulsa
Esa voz insistente entre el vacío y la desdicha afirma que el hombre no es esa cosa despreciable que todos conocemos
La ilusión es cada vez más secreta
Se abre de par en par el corazón del mundo
Hay un engaño que transita por el espacio reservado a dios
Laberinto diáfano, remedio para la evasión, útil para transitar dentro de sí mismo y cultivar el caos
Despiertan los sombreros
La manecilla del reloj defiende el instante
Un esfuerzo increíble para despertar a los relámpagos
Las lenguas recorren el muro de la ceguera
La crueldad de las mendigas la fiesta de los harapos
Se recapitulan las circunstancias oscuras
Un árbol que crece en palabras liquidas hasta desbordar el cielo adormecido
La hostilidad del órgano de la sorpresa y la sumisa devoción del cansancio
¿Acaso los dueños del amor no suelen perder la memoria?
El compás se resiste y aproxima a sus labios cansados la flor abierta del jardín
Me ofrecen el regalo de la distancia
La rueda de la fortuna atraviesa la calle
Ninguna comarca de la tierra me acepta
Sonríe pequeño monstruo para evitar la alegría del tiempo
Se distribuye el pan de la angustia
Concluye el viaje: enrolla los ríos y guarda el paisaje para una oportunidad mejor
Un minuto de reposo para que renazca el mal humor
La vida y la muerte pierden las señales
Las estaciones descargan la libertad
La pequeña risa de hincha hasta desgarrar la carne
Se distribuyen migajas mientras un dios de sobremesa observa conmovido el martirio de las sagradas criaturas
Pequeño monstruo desecha la altura inmóvil y el cobre del canto
Los viajes tienen el sentido de una condena
¿Dónde estás? Ya no lo sabes
La tierra te arrastra y una empobrecida alegría nocturna te acecha el rostro
Se multiplica la humillación y un gran pájaro irónico devora el tiempo
Un 1% de esperanzas se recoge en el agua helada de la catarata del odio
Una especie de tintineo rutilante que suele conocerse con el nombre de compasión
Pequeño monstruo apresúrate a encontrar la desorientación, quítate el sombrero (acido), desnuda tu paso, conquista tu posición impersonal, medita la insuficiencia del amor, ensaya clamores peligrosos, busca los caminos de auxilio, ejercita tus manos desgarrando las vestiduras del cielo. Inmenso es el sueño, inmenso es el porvenir.
Toda la sorpresa del espacio te espera.
Una araña en el centro de la crueldad
Es la hora de los naufragios
Huyes y las palabras te persiguen con el vértigo multicolor del infinito
Los secretos de un mundo desconocido
La oscura densidad se adelanta a las columnas
Quiero entenderte, quiero amarte
Araña o dios te busco detrás de tus múltiples mascaras
Los instrumentos tratan de revelar el silencio
Inexplicables botellas encierran el gas del olvido
La cautela de vivir toma la forma de una despedida
Una nube de polvo acosa a las puertas fugitivas
El camino invisible genera rumores del rio
Allí donde esferas concéntricas invaden el espacio de las grandes madres nebulosas
El flujo de la fascinación incendia los inmensos jardines
Hay seres que buscan a otros seres y nunca los encuentran
Y para guas en forma de perchas magnéticas recogen los temporales surgidos de la hipótesis
El diablo da a su angustia la forma del sol y así mueve la palanca de la creación para que un infierno bello como la inminencia de la vida se abra en dos
Ese es el momento en que se miran el desamparado y la materia y todo esto acontece a la intemperie con un cielo sin formas sin sorpresas sin dios
Agitadas gaviotas se alimentan
Un fuego para viajeros que nunca retornaran
Se cruzan los peregrinos y se intercambian los rostros
Las miradas crecen y se alimentan de distancias
La belleza es innecesaria un manto de palabras la zozobra
Lagrimas esféricas penden de una piedad vertical
Un impecable aposento reservado a la residencia de miedo
Dentro de ti un fuego que se prolonga y anuncia la insoportable continuación del tiempo
Un galope prepara la precipitación de la lluvia
El obsesivo tema de los visitantes perdidos
La deliciosa profanación del mar
Los náufragos cultivan las más bellas flores
Los dones de las tinieblas
Aquí está la ciudad que intenta vivir con una multitud que se niega a vivir
En medio del vacío hay una verdadera ciudad con estremecimientos de piedra con cemento rugiente con bocas verdaderas y niños perdidos
Un niño sueña con crímenes resplandecientes
Oh sueño impávido de una interminable noche de pureza
Esa alma helada que incita a una vida mejor
Un confortable lugar se reserva para el crimen
Y arrastrando todos los peligros se ejecuta la caída musical de lo obsceno con un diabólico director de orquesta lanzado verticalmente desde la más alta negación de sí mismo
El movimiento se enciende
Solo un paisaje acude a vestir el último recuerdo
Un día u otro proseguiré
Lo que arranca mi mano vuelve la tarde y lo repone
El ave fénix cubre un imperio de cenizas
Que la sierpe encienda su llama para ahuyentar a los ángeles
Que salten los negadores de sí mismos y estallen las hormigas
Y el venerable fosforo ilumine la parte de las manos que giran infinitamente cansadas de esperar
Sonámbulos de pie en las ventanas de inmensos rascacielos prontos a caminar por el vacío
Un despertar rigurosamente místico
Buscan los días imposibles los días inmóviles envueltos en hermosos terciopelos grises
En la cruda dirección de las pirámides
La sabiduría manejada por los recién nacidos
Horcas altísimas para que la muerte sea voluptuosa adornada con perfiles de vagabundos en la niebla
Agita el látigo sobre el esplendor de las caricias
Hasta que jueguen la carta desesperada de la bruma
El emperador posa su agonía en la más alta cúspide de la noche
Por la ruta de los días imposibles toda comarca es eterna
Dame la moneda de sueño para comprar el contra sueño
Donde el caminador se oculte, allí mismo lo persigues con tu alfiler de nieve
Los pozos insondables seducen a las vírgenes borrachas
Azul y rojo donde los pasos se detienen
Con un gesto calmas la ferocidad del acero
Estalla un canto que no se puede detener
Los automóviles giran a tu alrededor con la elegancia de mártires hipnotizados
Dioses de pesadilla se guían por tu brújula extraña
El tiempo de tu sonrisa despierta los relojes
El tiempo de tu sonrisa acelera a los relojes
Manejando la química de la aventura paralizaste el mundo delirante de las maquinas
Al destruir se crea, al crear se destruye
La eternidad nos crea, la vida nos destruye
Simulando nacer ayer crecerás mañana
Vivir en la travesía de la muerte donde la alegría de crear y la alegría de destruir se mezclar en la misma y única alegría
Burlador del presente engañaste a la muerte
Dame tu moneda de sueño para destruir lo que nos destruye
A mitad de la ruta un desconocido preguntara por tu templo de risa
Los mensajeros del tiempo no obedecen las órdenes
Las esclavas se mueven en el infinito espacio de las palabras
El tiempo cambia los cuerpos de lugar
Un viento de piedra nos envuelve
Las iglesias se reconcilian mientras los mártires se embriagan
Una astucia aberrante busca asirse de cualquier cosa
El mercader del renunciamiento se convierte en propietario de su propio destino
La realidad adquiere las características de un dolor inconfesado
Los espectadores perfeccionan su ceguera
El aire irrespirable se despliega sobre los hombres y la tierra pertenece finalmente a los vencidos
La luz engendra sus bailarines turbios
Los difuntos rezuman su maligna inmortalidad
Las piernas de la ilustre ramera señalan la nueva hora
La imagen no es un objeto. Es quizás una forma que mira
Tú estabas lejos de mí, yo estaba lejos de mí, pero tu mano quedo crispada en la mía
Nada preguntabas, pero mirabas de un modo extraño. Un viento breve agitaba tus cabellos. Yo no podía acercarme. Tú no podías acercarte.
Alguien asciende por la escalera de los sonámbulos
En una mañana inmortal como tantas otras se alcanza el límite estremecedor de la vida.
Envuelta en su atmosfera de murmullos la dama de la distracción se pone en marcha
La tierra asediada por la respiración anhelante de los moribundos
Como una hora perdida bajo un cielo idéntico a la espera
Como una presencia que adquiere la forma del silencio
En el interior de un palacio se desarrolla el festín de la locura
Aquellos que viajan de noche arrastran dioses turbulentos
Al mirarte al espejo comprobaras que esa sonrisa no es la tuya
Cuando he dejado de comprender todo se ha vuelto claro
Buscando tu cuerpo encuentro la ciudad incendiada
Buscando tu cuerpo encuentro la irreverente melodía de un pianista desamparado
La irreparable creencia en los milagros
Un eco violento en el instante violento deja de ser el lenguaje de dios
Del fondo del desgarramiento surge la rebelión de los instintos
El brillo esférico de la piedad
Dolores antagónicos se desgarran mutuamente
Se obtiene un sol obligatorio por un torpe precio
No todo se pierde si alguien viene y pregunta adónde vas
La miseria se contempla en perspectiva y viaja de noche llena de paciencia
Lo irreal cambia el color de las almas
La voz deja en la noche un silencio por donde transitan todos los lenguajes
Cada uno mora en un mundo silencioso pero palpable
Aquel que no necesita un nombre tampoco necesita compañía
El minuto en que cambia el nombre de las cosas
El tiempo vuelto del revés deja su pálida huella en la arena
El camino se incorpora a tus pasos pero ya es tarde
La lluvia contribuye al éxito de los mendigos
No temas, todo volverá a ser como antes
La variedad temblorosa de la espera
El pensamiento se mantiene en equilibrio sobre el espacio del terror
Cándidas señoras desnudan su inocencia al pie de las estatuas
El calor cambia la dirección de la ausencia
Los vivos renuncian al poder en favor de los muertos
Los acontecimientos se encienden en la ansiedad de tu mirada y jamás retroceden
Así se perfecciona el fuego de la humillación
La invasión de los piojos y el servilismo de los poetas
Situados a gran altura los culpables adquieren el esplendor monstruoso de lo inmaculado
Como una gota siempre idéntica. Ni lagrima, ni lluvia.
No intentes detenerte pequeña salvaje con ojos de asesino acorralado ene ese fondo mágico de los errores
Nada debe ser visto y nada debe ser comprendido
Oh muerte bella déjame alcanzar la caída de los prodigios
El cambio constante de la curva del amor
La dolorosa parábola que trazan los objetos inútiles
Los amigos que te buscan han extraviado el camino
No se sabe si el mar es de otro mundo
En un mar de otro mundo descubres la vida sin heridas
Una burla en forma de higo se oculta bajo los sombreros
La sangre es un cuchillo que se derrama
Repentinamente el mundo se ha vuelto alegre
Comienzan a multiplicarse los inciertos caminos de salvación
Los testigos se roban unos a otros la fórmula del terror
Con rapidez meteórica una muchacha extraviada en el malecón decide arrojarse al agua
Los ahogados invitan al juego de la mansedumbre para recobrar el amor silencioso
El tono convincente de las cenizas
Un cielo que adquiere la forma irresistible de la miseria
Un rumor vacío, un atrayente color de incendio surgen de la profundidad del océano
El imperio del desacuerdo, la humareda de los hechos irreparables
Un árbol tardío crece en la soledad del recuerdo
Entre el miedo y el odio la madre sedienta de sangre se aclimata al horror
El creador inmortal se avergüenza de sus hijos
Alguien que esta demás abre las puertas del miedo
Crímenes sagrados se abren paso hacia la ausencia
El alma vencida no logra desprenderse de la tierra
Paladines nocturnos embalsamados en el silencio perforan los incendios para verte
Días imprecisos se derraman desde tus ojos
Lenta muy lentamente cae una frase incomprensible
Corre por mis venas la sangre del desierto
Qué esperas de la mañana oscura
Solo arboles de miedo, nubes de silencio
Das nacimiento a un dios que también busca la muerte
La resurrección es una respuesta a la dulzura
Ya se ha dicho, todo.
Los acróbatas recogen sus cadáveres
La mano dulce que acaricia el pasado
La esplendida multitud de los encadenados
Los intrusos encienden las lámparas
Vivid de sueños si podéis
El desorden está en todas partes
Es imposible descubrir la solución de todos los enigmas
Nada tan inalcanzable como el presente
El dolor se extiende y el cristal del silencio se quiebra
Los paraguas invertidos desbordan el tiempo
Ya es tiempo de robar la risa que brota en los jardines oscuros
Los hijos de la ramera llegan montados en sus camellos
Oh la mirada corrosiva del ahogado en la galería de la lluvia
Los traficantes de la tristeza cuelgan de los tejados
Camino a su casa la vendedora de serpientes pierde el rumbo
Las manos abiertas reciben el homenaje del incendio
Se acumulan las cenizas del incendio de la locura
Inmenso sueño de los harapos en los mercados vacío
La voz ensangrentada. La ciudad invadida por legiones de ciegos
La miel del asombro se consume como minúsculas formas de horror
Alguien escupe, susurra o muere muy lentamente mientras descifra el lenguaje de dios
Corren los desolados a recoger ese lenguaje perdido
Nada podrá detener al que nunca ha comprendido
Niños incansables buscan refugio en el alma de los bufones
Los mártires retroceden abandonando el pasado
El hombre perseguido busca refugio en las cavernas de la mente
Se llama dolor solo aquello que no puede expresarse
Los hambrientos mastican mecánicamente el pasado
El peso de la mañana oprime a los amantes desenfrenados
El desdén de la niebla frente al desesperado empuje del recuerdo
La niebla de la sabiduría evita la caída en el vacío
La minuciosa descripción de los lugares prohibidos
No agradezcas la vida que te han dado
Con un espantoso esfuerzo se atraviesa la transparencia del amor
La recolección del espanto se vuelve universal
El cascabel remoto de la risa
Fracasan los ensayos de domesticación de la risa
Los derrotados nunca alcanzan a morir en paz
La sombra deja una sombra entumecida
El humo de las noches incendiadas
Todo lo que resplandece recibe la hostilidad del mundo
Las miradas olvidan apagar los rostros
El vacío y la oscuridad se comunican a través del espanto
Triunfo y derrota son iguales cuando navegan en el rio de la cólera
En el pozo del viento se arroja la osamenta de los delirios
Desde un horizonte insospechado aparece bruscamente un puñal invisible
Insoportable es la piedad con su cortejo de gatos despavoridos
Las maldiciones derriban a la mujer que espera
Con un cálculo preciso el océano se detiene a un paso del horror
Visto de perfil el martirio adquiere una repentina belleza mientras dios oculta su nombre y marcha descalzo por las constelaciones
El mar conserva su posición equidistante del horror
Así se alcanza lo irreparable
El tiempo inmovilizado en el vacío de los espejos
Para quien observa atentamente los errores de cálculo se tornan azules
Cuando la mano toca el grito se produce y nada más
A través de la niebla se alcanza el espíritu del sol
El cielo toma el color de la tierra y aún sigue siendo bello
La opacidad invade los rostros y crea la máscara perfecta
Lo inestable puede ser sumado y multiplicado pero el resultado es siempre cero
Hierve una gran cresta de espuma
Multiplicaciones irreparables se suceden en la historia del hombre para que la carne se transforme en espíritu
Un singular cambio habita en el corazón del hombre y sin embargo todo es eterno
Y adonde quiera que vaya es un retorno
El misterio hirviente de la vida enlaza al instante con sus brazos plateados
Con las migajas de un martirio anónimo se alimentan los pájaros
Diferentes especies de consuelo se extraen de los objetos solados
En todas partes asoma el soplo helado del milagro
En una noche de constelaciones apagadas se despliega la última despedida de los amantes
El árbol de la sabiduría ha sido tronchado y sobre su oscura corteza brillan las cabezas de los decapitados
Los enemigos irreconciliables reúnen las monedas para la compra del placer instantáneo
Los dioses perdonan sin saber de qué se trata


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