· Tendré que contestarte dulcísima tiniebla
· Mi mándala
separa la servidumbre de la revelación
· Mi mándala
separa las tristezas del insomnio del puro territorio que tiende sus puentes de
contacto
· Entonces sé
que has levantado una ciudad, ave cesar
· Con los ojos
muy abiertos, el corazón entre las manos y los bolsillos llenos de palomas,
mira el fondo del tiempo
· Todavía en su
puño late el halcón de acero
· A cada vuelta
de la esquina te salta encima un tigre azul
· has vivido
como un golpe en la frente, el instante, el jadeo, la caída y la fuga
· Sé que tejen
en silencio, de noche, a horas secretas. Se levantan del sueño y tejen, en las
tiniebla
· Los dioses van
por entre cosas pisoteadas sosteniendo los bordes de sus mantos con gestos de
asco
· Diente del huracán
tendido en la planicie donde hombres boca abajo sientes pasar la muerte
· Existe un
territorio del amor, un laberinto más mental que mítico donde es posible ser
lentamente dichoso
· Todo se cumple
en un reflejo del crepúsculo
· En tu cabello
empiezan a brotar las abejas
· Tu mano roza
la mía y posa en ella un dulce algodón de humo
· Sacerdotisa de
Sekhmet, la diosa leontocéfala.
· ¿Qué ofrenda
le tendías a la deidad salvaje?
· Soy tan solo
un unicornio que busca el agua de tus manos y encuentra entre tos belfos un
puñado de sal
· Vasto caracol forrado en terciopelo
· Veo bajar los
cuernos de la noche medusa
· Busco entre líneas
mi imagen en la lámpara encendida en mitad de la noche (Octavio Paz)
· Cósmico caracol de azul sonoro
· Escenario
fosforescente de los ojos cerrados
· La mano que te
busca en la penumbra se detiene en la tibia encrucijada donde musgo y coral
revelan la entrada y un rio de luciérnagas alumbra
· Ella tiene el poder
de despertar a los muertos (Isa Dinesen)
· Sola conmigo
al borde de la noche eras más que el tiempo
· Pienso en tí obstinadamente como una ciega máquina que repite interminablemente el ritmo de
la fiebre
· No sabes que
el peligro, que el galope de mar corre hacia atrás para anegarte
· Cada nombre
cae sobre tu nombre como un águila muerta
· Hará falta la
escarcha en el dintel para que el guarecido en el portal comprenda
· Por favor
cierra un poco esa persiana, quiero escuchar mejor el acordeón del ciego de la
calle
· Te he buscado
en la cima, en tu cuna de altura sabiendo que no estabas
· No hay dioses,
todo es triste alfarería
· ¿Que
es este ritmo de altas nubes rotas, de negro mar temblando en las columnas? La procesión
perfecta del vacío
· ¡Mascara de isla, hueco de tambor quemándose,
reconóceme!
¡Encuéntrame!
· Cuando la rosa
que nos mueve cifre los términos del viaje, cuando en el tiempo del paisaje se
borre la palabra nieve....
· La sombra con la
que me alumbras y el murmurar con que me inventas
· Amazona,
demonio azul, el arte la fija en este rito paralelo
· Y si la tierra
horada ya tus sienes se desgaja del ser tu pura nada
· ¿Qué sideral
aventura te organiza en el follaje?
· Sin cesar me
persigue la destrucción de los cisnes
· La sombra de una vaga sepultura
· ¡Oh recinto del silencio donde propones tu música!
· Caen las caras
y los cruces a cada curva del camino
· Y el sabor de
sal bajo las rosas
· Bajo un cielo
de topacio el rio de nuestra doble fuga arde su espuma cada vez que mi mano se
reposa en este lecho donde fuiste mía
· Así de noche
las linternas salpican de oro la laguna. Es otra vez la arquitectura del hombre
que urde sus estrellas, que alza del agua esta Venecia como una rosa entre las
tumbas
· Quizá por eso
arde la rosa guardiana de su fuego frio
· Los muertos
hablan más pero al oído
· Toda pregunta
es el pasaje de la palabra a otro secreto
· El canto
encarna el horro que nos consume
· Vuelven los
espejos a proponer el turbio trueque
· Dos cuerpos
que murmuran su vigilia
· En un país que
amaba ya estará anocheciendo (Olga Orozco)
· Y las caricias
más prolijas nacen de tu invisible maquina amorosa
· Gioconda, eres
un hombre disfrazado de hombre que se disfraza de mujer y tu sonrisa goza del
minuto que despertaremos al espanto
· Mis alforjas
guardaban medallas y amuletos
· Ah encontrar a
mi madre y arrancarle los ojos
· Empapado de
abejas en el viento asediado del vacío, mis manos tejen la leyenda, crean el
mundo espléndido con esta vela tendida
· Donde la forma
de tu espalda con la marea vio llegar tu doble de espuma y de agua verde
· Dándote a una
crueldad de ausencia sal y bronce
· Balsa de náufragos
mordiéndose en una lenta ceremonia
· En su lecho de
arena se adormece una mujer desnuda en una playa
· Todos saben
que serás violada por una sacerdotisa de un reino subterráneo
· Un pastor
sobre el túmulo canta para la brisa
· De espaldas a
lo eterno, ella, la eterna, preferirá por siempre al que la sangre signa
· Urde la melodía
su progresiva telaraña en pleno centro de la gruta negra
· Debate de leviatán,
garganta negra que me repele y me vomita hasta arrojarme a la calzada
· Pero me yergo
y me sostengo contra la madre de las lepras y poco a poco retrocedo al canto
original, a la pureza extrema
· Salgo de tu
centro en una danza de hoja seca, lengua de torbellino, balbuce del alma, para
incluirte y ahogarte
· Oh noche, aquí
está el día
· Las cosas están
ahí pero lo que se quiere no está nunca
· Bosque de
sombra, la luz te circunda con su dulce engaño
· Torpemente la
echabas a la calle para volverte a las capillas solo con tu certeza
· Alguna vez se abrirán
las puertas verdaderas y un incendio de oros y plumajes correrá sobre los ojos,
pero aun no es hora
· Habitaciones
de una breve felicidad de infancia
· Masaco está
sola en las capillas solas eligiendo el revés de las tramas, en el lodazal de
un cielo de mendigo
· El soportaba inmóvil,
solo, un incienso pegado a la ropa, el gusto del pan y la ceniza
· Y cristo pudo
ser el nuevo Orfeo, un ebrio pastor de las alturas
· Mordía en la
manzana fresca el grito de la condenación
· El alba está
cerca. El retorno de la luz legitima
· La grave evocación de
las figuras y los nombres
· Y ese espía
del cielo que ilumina las ciudades y las túnicas, marca las casas y las cosas
de un zodiaco sembrado de estrellas en martirio, de apariciones como luminarias
· Inmóvil tiempo de agua vertical
· La luz explica las
imágenes, enseña al que medita, como el envés hace la flor y la corona
· Pero del lado
del reloj, la nada
· La zona del bolsillo
donde una pequeña noche murmura entre pelusas y monedas
· Yo no soy un
poeta ni un hombre ni una hoja, pero si un pulso herido que ronda del otro lado
de las cosas (Lorca)
· Y en medio del
llamado la ansiedad de la puerta abierta para nadie
· Bocas ya
muertas que aceptaban solamente una luna de colmillo y él te frio de la vela al
alba
· Echa
a patadas a ese muerto y abrígate con lo que quede. Trapos, tierra, huesos!!!!
· Como una flor
que se dibuja, minuciosa en el centro del mundo
· Como las voces
en el coro, los movimientos de la vida y a muerte concurren al encuentro de la
paz
· ¡Oh suertes cabalísticas
como cerrar los ojos contra el tiempo y abrirlos donde las llaves de la casa se
enmohecen!
· Un tráfico
secreto ordena este desorden
· Como una llama
que en si misma trepa la tela roja de su danza
· Ten confianza
y espera. Veras, oirás, perfumaras tu cara con las presencias que derrama esta constelación
de sangre
· Santos de un impecable itinerario
· Itinerarios
para encontrar pacientemente la vía remota, el paso oscuro por entre el lobo,
el bandido y la ramera
· Vino como
vienen los pájaros a la ventana
· Odio la
vanidad que te sostiene y el pueblo de figuras que te corre por la piel
· Aborrezco la
lenta preparación del juego
· La zarpa
atormentando el orden de la noche
· Sometiendo al
fragor de la batalla la anhelante ciudad de tu pelaje de ceniza
· Gata sobre la
alfombra donde se estrellan cabalgadas de jinetes con antorchas
· Manos de
inevitable rumbo me han hecho entrar en torbellinos de tiempo, de caras en el
baile de los vivos y los muertos confundiéndose en una misma fiebre mientras
lacayos invisibles dan paso a nuevas mascaras y guardan las puertas contra el
sueño, contra el unico enemigo eficaz de la noche triunfante/triunfal
· Lo mire como
miraba las otras criaturas de la noche
· Le di casi la sustancia primera, una
urdimbre diferente, o crei darle lo que ya tenia
· Un telon
musgoso entre las fiestas sepulcrales y su recurrente testigo
· Detrás queda
la noche desnuda y mordiendo en esa tela invulnerable luchando por rasgarla y
poner de este lado los primeros visitantes
· Un muerto que
jugo conmigo sus ultimos juegos de cartas sobre una sabana de hospital
· Entre morado y
purpura fui siempre el color del insomnio
· El teatro de
los desentrierros las autopsias de la memoria
· Desde esa
noche mi mandibula acude siempre a mi llamado
· Su rostro
refleja sin que ella lo sepa todo lo que esta sucediendo en esa pequeña noche
interior
· La musica en el
centro del craneo de cristal
· Esos audífonos
en su cabeza me parecen electrodos de 1 nuevo Frankenstein llevando la chispa
vital a una imagen de cera
· Ese rostro de
mujer se vuelve una luna reflejando luz ajena
· Luna de la música,
ultima consecuencia de un remoto, complejo proceso casi inconcebible
· El planetario
flotante de la sangre
· En vano te
reclaman los juegos de la lluvia
· Que la belleza
tan breve en su violento amor nos guarde un eco en el descenso de la noche
· El vuelo excede el ala
· Volvió la
caravana con anillos de bronce
· Tus ciervos/
siervos descifraron la ruta de mi nombre
· Te andaban por
los dedos lagartos minuciosos
· Un niño vence
al animal sombrío de la tarde, al siniestro señor de los rincones (Eliseo Diego)
· Te contemplo
naciendo de la ausencia, halo de juego de agua donde juegas con la infancia
liviana del reflejo
· El hombre que
medita al pie del árbol sabe que el paso del mendigo contiene ya el paso del
rey
· Por eso acaso
la palabra es el espejo del espejo y el hombre ese divino sueño sube cayendo
hacia la nada
· Cada pétalo de
la flor, cada copo de nieve giran la rueda de la muerte
· Las calles se
repueblan de monstruos cabizbajos confundidos entre vendedores de pasteles y
peinetas
· Tocamos
instrumentos para la ciega cólera
· Mis amigos
andan por las cosas con la felicidad en el pañuelo
· Otra vez un león
de humildes ojos ayuda a sostener su cuerpo al borde de la tumba
· Su quieto corazón
soñó un orden nocturno donde el ángel sobreviviera
· Un tiempo
predatorio levantaba pendones y cadalsos
· Los mármoles
tornaban más puros los sueños
· Su fe es una
linterna alzándose en las bóvedas para mostrar, humosa, estigmas, una túnica,
un abrazo maldito.
· Los ojos oyen
esta música que el sol una vez más toca en su lira, una vez más inventa por el
hombre
· Oh balbuceo en
las tiniebla, duelo de musgo y de leopardo y de gemido desesperada imitación
del cielo
· Con su gesto y su túnica danzante
· Me alcanzas
esta mecha entretejida con la sutil divisa del instante
· Somos el
ajedrez de un rio
· Bajo el simple
pretexto de la mano
· La barca de la
nube corre clara
· Oh niña que no
ves moverse las alas de una rosa negra
· Fui ese lado
del espejo en que canta la serpiente
· Cuando la rosa
mueve cifre los términos del viaje
· Arráncame esta
cara infame: oblígame a gritar x fin mi verdadero nombre
· La certidumbre
de que el sol esta envenenado
· En cada grano
de trigo se agita el arma de la ruina
· Los dioses están
muertos uno a uno en largas filas de papel y carton
· Duerme, maraña
de cristal, yo soy tu límite
· Tus muñomes
sangrando entre las nubes
· Tu sabes
escuchar el juego verdadero,el arbol del encuentro
· Una
flagelacion de bronce agita entre angeles y quimeras una danza de hoja seca
· Turbio
diluvio, carro de holocausto que amasa el pavimento
· Que tregua de
delfines devora este silencio donde te estoy mirando?
· De que jornada
lamentable vuelves con ojos cinerarios
· Oh madre de
las lenguas, oh estremedida hiedra donde se va juntando la noche de los muertos
· Quiero saber
donde se van juntando las golondrinas muertas
· Eres la
ahogada de siena, cómo salvarte si las mujeres de picasso te corroen
· Reclino la
frente en tu guadaña de cristal para humillarte y detenerla
· Un talco ruin
se posa en las ventanas
· Y de los
puentes crece como un nombre maligno una agobiada enfermedad del agua
· La fria
perfeccion de la noche que nace
· En la penumbra
dorada de la lampara cuelgo mi piel
· La lenta maquina del desamor
· Laberinto exacto de si mismo
· Doble agonizar
donde desfila una lenta teoria de panteras
· Luna de sangre
entre mis perras negras
· Maquina de medusa y unicornio
· Esa extrema
operación del musgo en que mi cuerpo cede sus halcones
· Los tristes
esqueletos de un pez y una amapola
· Algo anda
estropeando/estropeado en los relojes
· Y al fondo de
la calle que parecia tan hermosa no hay mas que un arbol seco y un abanico roto
· Obedeciéndote hemos caido
· Y levantaras
una torre y protegerás un circo
· Mi cuerpo ha
querido su sangre y mi alma ha visitado algunos muertos
· Coral de
hierba mar y vino por donde la teoría de figuras y de nombres sale al aire
· Oh
transparencias llenas de abejas incendiadas
· Elige una
figura toma una carta y vete por la vida
· Recibirte y
gemir bajo tus látigos
· Fui el vicario
feliz de un solo instante
· Volver a tu
imperioso reino de falanges
· Y el perfil
del molino abre entre dos olvidos de horizonte una risa de ahorcado
· Seis
cinerarios verdes retornan silenciosos a besar las orillas de la sombra
· Sabe de las
estrellas por la luz en el pozo
· La flor que te
lleve tenía una araña esperando entre los pétalos
· Siempre olvide
el paraguas antes de ir a buscarte
· La azul relojería de
las venas
· Como un cáncer
que avanza abriéndose camino entre las flores
· Un bosque altísimo rodea esta casa
· Sube y baja
una pequeña escalera como un capitán de navío que desconfía de las estrellas
Como si multitudes de caballos se acercaran a la ventana
Caminas de noche, mi pequeño fantasma silencioso.
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