Esa pura inocencia
que es la noche o la muerte.
Venid, seres del
miedo,venid
Las piedras se
movían en la tierra de los muertos.
Necesitamos
acumular muchos relámpago para morir.
¿Quién invita a
cenar a las tormentas?-
Cada hombre está
en poder de un espectro.
El ciego le pasa
la mano por los cabellos a la luz ¿Qué vidente sino el poeta puede hace lo
mismo?
Quiero cortarle
las alas al temblor nocturno y atraerlo hacia los sueños.
Que mayor hartura
para el hombre que regocijarse con sus propios secretos.
El ciego que cuida
el mar durante la noche.
Soy la sombra con
el oído pegado a la tierra. Soy el árbol que da frutos color arcángel.
La máscara suave y
graciosa con que imitamos al Hombre y al Ángel.
La vida más vida
que cualquier otra te alimenta de noche como un pájaro.
Viejos tocadores
de arpas evocan el exilio de sus propias sombras.
Ellos son los
dueños de la noche. Conversan con lo que va a venir como el espejo con las
cosas.
Es la estatua del
tiempo que me crece en la espalda.
La madre de la
noche enreda tu vestido en llamas.
Somos el poco de
barro que rechaza la voz.
¿Me oyes aún en
las llamas? Estoy detrás de ti.
El Ángel de tu
puerta reparaba las naves nocturnas apartando con las manos el ruido.
¿Hay una Navidad
que dure más de un día en las campanas del corazón?
Solamente ha
crecido la bruma para cerrar las puertas, para cava el sueño.
Bailaban tal vez y
vaciaban la noche.
Estás ahí,
penumbra donde mi cuerpo desciende a la caverna del ciego que cuenta sus
huesos.
Y tú, con las
viejas llaves del corazón.
Y tu, ¿qué piedras
cuidas entre la carne y los huesos, entre la frente y la ceniza?
Que yo diga que
sujetas pájaros en el aire y que pierdan las alas
Que yo diga que
vas vestida del color del corazón y que así sea.
El agua que mira y
se deshace deja cerradas las puertas y abierto el abismo.
De los huesos del
hombre se hacen todas las cosas, de los huesos del viajero se hace la noche.
El sol es el único
árbol fresco para las lágrimas.
Morir es ir
apartando las cosas. Es saber que el mar se ha sumergido. Es recibir el trueno
en la puerta de la casa.
Las campanas
repiten la última palabra de los muertos y el sonámbulo repite el silbido del
mar aplastado por la noche.
Del leve diálogo
con el tiempo se forma la muerte.
¿No eres todavía
el que se sienta a la mesa con los signos..el que lee las líneas de la mano
bajo la lámpara..el que reúne los años en un pozo y los cuenta a medianoche?
Por nuestros ojos
canta un mar desconocido, por nuestra boca el que come fuego.
Todas las cosas
que me hicieron sonámbulo tendrán que protegerme a la hora del peligro.
Cuando lo grande
habla o hiere, es lo infinito.
Aquí he puesto un
mar a la mujer que viene nadando desde el corazón de la noche.
Y si digo que
parto, es que tu frente me retiene. Y si digo que lloro es que la noche es ardiente.
Y si pienso que voy a ser el viajero sólo es que la Tierra se ha abierto. Y si
canto detrás de los meteoros es que el cielo está cerca. Y si te digo adiós, es
que ando al compás de la muerte.
....el agua donde
la vida y el amor miran la muerte.
La eternidad..un
himno tejido por los rayos en el corazón del hombre.
La vida derriba
altos muros y la muerte los levanta de nuevo.
Nada es verdad
sino la vida. Nada es verdad sino la muerte.
El tiempo es el
carruaje que oímos pasar a medianoche.
Cuando el hombre
se llama ayer, está coronado por una lápida. Así, no hay que construir piedras
para los que han partido.
Memoria..esa
puerta que el viento golpea sin cerrarla jamás.
Cada uno oye
crecer el grano que ha sembrado.
Hay quienes
preguntan tantas cosas al despertar!
Devuelve pues tu
cabeza al mar y mírame desde allí.
Tú y yo, no más
que la humedad y la piedra. Tú y yo, no más que el corazón de la noche en un
vaso.
La Tierra está
fría, como cuando el corazón está solo.
Debería seguirte
más, esa gruesa noche tuya me lo impide y el glorioso himno que me has dejado
es un canto indescifrable.
Ese buscar el
origen que todos quisiéramos abrir para contemplar el fruto dormido y gustar el
sabor imposible..
La luz que se
pasea ahora por las grietas de mis manos es el cordero despertando al pastor
dormido en la colina a la puesta de sol.
Podría reconocerme
en el sonido que haces dentro de mí y lejos de mí, porque estuve dentro de ti y
lejos de ti.
Tú esperabas
mostrar esa faz y salvarte.
Hay un río en
nosotros, un río que no va a ninguna parte.
La noche está
hecha a medida, para que ni tú ni yo quepamos en ella.
Todo será como la
noche y en su reino cultivo la estrella, en su vaso al silencio y al amor en un
sueño.
Todavía hay una
estrella abandonada en la noche.
Dile a la noche
que desnude su arpa.
Dile a la mujer
que vaga por mis venas sin detenerse que me hiera y me consuele.
Ninguna ciencia
más profunda que la de pasar la mano por la frente de la noche.
Quiero cortarle
las alas al temblor nocturno y atraerlo hacia los sueños.
Quiero una magia
mayor, tatuada de signos, una magia de uso imposible, una magia semejante a la
del corazón en sus momentos más desesperados.
Hay varias
muertes: una de ellas puede volvernos de pronto hacia la parte oscura a la que
da la mitad de nuestro cuerpo. La de adelante la vida, la de atrás la muerte.
Es decir que un día el órden de las cosas cambia, nos volvemos súbitamente
hacia el lado invisible y nuestra parte oscura entra a la claridad. No vemos
esa claridad. Estamos muertos.
Oh señora de todos
los acontecimientos, con olor a pesebre he muerto tantas veces por ti!!
Todo fue tocado
por el rayo.
Tengo que ir al
baile de los molinos y las lámparas.
El amor ha venido.
Corazón Lámpara.
La engañé con la
verdad que es lo único que engaña.
En el mar se
cimbran lámpara llamándose en el ojo de la noche.
Será difícil
descifrar lo que el sueño quiere decir con su golpe en la puerta.
Hay una memoria
que se aleja vestida de escamas temblorosas.
...entre lo que
permanece como estatua y dolor.
El corazón abre
sus puertas y el mundo entra de visita y conversa con la sangre.
El alma no tiene
color. El cielo tampoco.
De dónde sale la
música del árbol más alto de la Tierra...?
El reino está solo
y se han cerrado las puertas.
Yo el padre ciego
conducido por el ruido de un ángel.
Tu sonrisa es el
movimiento marino de las cosas, aún de las que no existen.
Sangre y ceguera y
necesidad de abismo donde el ser perece.
Siempre, siempre a
imagen y semejanza de la angustia.
Siempre, siempre a
imagen y semejanza de la terrible imagen.
Siempre, siempre a
imagen y semejanza de la vida, a semejanza de la muerte.
Hay una espada
para la sed y una espada para el sueño.
La voz ciega,
devoradora y eterna..¿Qué se le oye decir? ¿Qué puertas abre?
Es el hombre:
Abramos los ojos, seamos su paso, su reflejo de ángel extraído de la muerte.
Oh! sombra
terrestre que me haces nadar en un rayo o en una mano arrojada al abismo por
los coros obscuros, veo tu lengua lejana como la puerta de un espejo por donde
debió pasar un día el temblor.
Venid, temblor de
aire caliente y mano iluminada a este clima de terror donde la noche de hierro
sostiene su puerta entre lenguas de ceniza.
Venid que salgo de
la sombra de las lámparas errantes.
Qué terrible y
transparente sonido es nuestra sangre entre la voluntad y el peligro, entre el
golpe y el paso secreto....
Por el descenso de
los ángeles muertos y por la espada suspendida en mi boca.
Alguna vez en el
hierro o en el césped, alguna vez en el agua o en la muerte nos oiremos latir.
Las visones tenían
su nido tan lejos de mi frente, casi en la misma estrella angustiada, casi en
la misma salida del mensaje terrible.
Fábula, fábula, la
hermosa fábula del luto..!!
Con sólo respirar
en la ceguera es caer.
En alguna parte la
estrella y en alguna altura las llaves.
Cuánto tiempo ahí
en el sonido, en la estatua, amada por el relámpago y la noche
Aquí están mis
secretos, la lengua que hizo danzar al polvo en la furiosa danza del día y de
la noche.
Yo te busco por
arte de tinieblas al borde del vaso por donde las bocas viven la diabólica
ebriedad de las reinas.
Bocas selladas por
la bella araña de la muerte y abierta por los ángeles de la noche.
...en el viaje
donde mi boca adormecía a las criaturas bebiéndoles el miedo.
Agua y tierra.
Espacio en las manos errantes.
Los túneles
crearon la encantada salida.
Oh maravillosa
rueda de la noche, madre de mi frente.
Las piedras se
movían en la Tierra de los Muertos.
Mirad las naves
que naufragan en mis manos.
Nuestras artes
sobrepasan la piedra y el abismo.
Estamos cerrados
para el cántico, solos para la gracia.
Mágico resplandor,
padre de los muertos.
Alguien que no
quería morir arrancaba los lutos cada año.
Era como vivir a
la sombra de las piedras.
¿Cuál es la sombra
en donde tu boca luce el desgarrado imán de la noche?
¿Cómo saber lo que
hacen de noche las campanas en las torres?
Todo será verdad,
menos mi voz. Todo será verdad menos Eurídice. Ella es mi ruido; la sombra que
hago al perecer.
Tu podrías oír. Tu
podrías temblar delante de los velos con que se cubren las hijas terribles del
abismo.
Y si todo
recomienza, todo debe seguir.
Es sólo un
instante, un instante profundo, un espejo que deja de vivir.
Mi corazón cortaba
sus rosas en silencio y contaba uno a uno los truenos que vendrían a la hora de
la muerte.
He tañido el laúd
por los muertos.
Los mendigos creen
reconocerte y les tiembla la mano.
Allí estás,
arrodillada, casi felíz de orar sin esfuerzo.
Tu que estás
inclinada hacia una noche de vidrio.
Tú, cuyas manos yo
veía brillar para siempre, y cegar la boca que pudiera acercarse.
Tenías una lámpara
en el corazón, yo lo sabía.
Querías guardar la
imagen infeliz , tocar la eternidad abandonada
....seguían a un
muerto distinto, aun muerto sin mortaja, que se iba con sus propios pasos al
sepulcro.
Amas y eres
condenada con el ruido más hondo, con la estrella más ciega.
Los años son la
estatua del amor que brilla tras de ti.
Yo levanto en alto
mi ciudad para ti.
Mi mano levantó el
mar, mi cabeza la sombra.
....soy el polvo
que sueña a espaldas de la noche.
Deja que respiren
las piedras de los muertos.
La mirada del
hombre. La mirada que no encuentra donde caer.
Los que andan
debajo de la noche con una estrella ardiente. Los que habitan las paredes de mi
casa.
El mar abre el
pecho y conversa con peregrinos vestidos de espuma.
Yo sólo inventé el
vacío para que pasaras.
Creció el corazón.
Creció la sombra.
La caja de música
que todos llevamos debajo de la lengua.
A nadie amaría más
puesto que mis visiones vienen de ti.
Hijo mío, aquí
esta el sol.
Abrir el corazón;
he aquí un acto de magia.
Tú que todo lo
deshaces para que todo sea cierto.
No vivas dos veces
en el mismo espejo.
En tus ojos hay un
violín para no ser olvidados del todo.
Reina enjaulada en
su reino..
Blanco el ojo de
las lámparas.
He venido a ser el
vaso perdido.
¿Cómo no
interrogar a la piedra levantada?
Una mirada con
varios océanos.
Oh Tierra lejana
en la que fui criado por pálidas serpientes..
Tal vez el camino
que envejeció alejándose.
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