viernes, 28 de enero de 2011

GONZALO ARANGO - Frases


Te miro y me lleno de piedad porque vas a morir.

Estoy en marcha hacia una meta que no existe entre la locura y el sol.

Soy la unidad viviente de dos seres triunfando sobre la muerte.

Hay una estrella guiándome en los arcanos cielos de ultratumba.

La poesía no es distinta de la vida, pero es más que la vida.

La poesía crece hacia el cielo pero ella misma es el infierno.

La belleza es inextinguible para nombrar el nuevo rostro de las cosas, pues la belleza no es eterna sino en la medida en 
que muere para vivir, se eclipsa con la palabra y resucita en silencio.

La función de la poesía no es otra que convocar los seres a la existencia.

Poesía: religión original del hombre (Novalis)

La misión del poeta es aullar como los lobos para no despertar a los que duermen y no dejar dormir a los que sueñan.

El poeta no puede vivir sin un poco de terror en el alma.

Estamos armados con la fuerza de las bendiciones.

Mi hogar eran los extramuros.

Bienaventurados los aventureros porque de ellos será el mundo de la imaginación.

Solo de ti depende vivir en una tumba o en un templo.

Eres el hijo predilecto de las estrellas.

Nadie tiene derecho a hurtar el pan y el vino a las rosas.

Los verdugos no pueden convivir con sus víctimas.

Solo logré abrazarme a la nada y ambos nos confundimos finalmente en la caída.

Jugaba a la inmortalidad por el trágico camino de la muerte.

Ni en la realidad ni en la belleza encontró su reino. Sólo se sentía puro en el terror, que a pesar de su rudeza también es 
un reino abstracto.

Amor mío, hueles a Diablo.

Soy un enamorado del Terror.

Si los dioses nos abandonan, peor para los dioses.

Pido para mí la gloria de ser un maldito.

Que mi gloria me la den en la cama.

Instalado en mi trono, petrificaré el caos.

Contagié la desesperación como una peste sagrada.

Que mi lápida sea la de un monstruo.

Oh amada mía, por entre tu carne palparé tus huesos para reconocerte el día de mi resurrección.

He de olvidar mi agonía entre las fauces fúnebres.

No se asomen a mi tumba ni peregrinen sobre mi cadáver. No es forma de honrar al trágico o al guerrero.

Salta como un cangrejo loco contra la inmensa ola de los tiempos.

Que en el pan de la vida no nos falte el sueño ni un puñado de incienso para dorar lo eterno.



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