Mi corazón es un
arma que cae y que se parte.Tu silencio la recoge y, partida, la arrincona.
Mi idea de ti es
un cadáver que el mar trae a la playa.
El palacio está en
ruinas.
Hay una viuda
pobre que nunca llora.
La loca se fue con
todos los candelabros.
Y mi alma es esa
luz que ya no habrá en los candelabros.
Tu silencio que me
arrulla es la idea de naufragar.
Mi alma es una
lámpara apagada que aún está caliente.
Ah tu silencio es
un perfil de cumbre al sol.
Se echan desnudas
a la luna todas las ninfas.
La luz del sol no
sabe lo que hace
Ah deja que te
ignore....Tu silencio es abanico, un abanico cerrado que abierto sería tan,tan
bello.Pero más bello es no abrirlo, para que la Hora no peque.
Hay tan poca gente
que ame los paisajes que no existen
¿Desde dónde me
están mirando? ¿Qué cosas incapaces de mirar me están mirando?
Se marchitaron más
flores que las que había en el jardín.
Alguien va a
entrar por la puerta.
Ah el tedio es la
estatua de una mujer que va a venir.
Ángel del exilio,
aurora negra.
Y la sombra de una
nave más antigua que el puerto.
Me alegra oír la
lluvia. Significa que el templo está encendido.
¿Quién interroga y
sabe todos los nombres?
Voy a escribir
esto en un papel para que no me crea nadie.
Lo que no sabes no
lo sabrás nunca y lo que esperas lo esperarás por siempre.
Trueca por vino el
amor que no tendrás.
Muerto ¿qué rosas
olerás?
El alma tiene
sombras.
Una locura que
nace del deseo de comprender.
¿Por qué para ser
felíz hace falta no saberlo?
El hombre es una
carne inteligente.
Mi alma es una
criatura desarrapada que duerme en un rincón oscuro.
Divago, creo
eternidades mías en un opio de memorias y abandonos.
Entronizo reinas
de fantasía sin tener para ellas ningún trono.
Pensar incomoda
como andar bajo la lluvia cuando arrecia el viento y parece llover más.
El que está al sol
y cierra los ojos empieza a no saber qué es el sol, y a pensar en muchas cosas
llenas de calor. Pero abre los ojos y ve el sol, y ya no puede pensar en nada,
pues vale más la luz del sol, que los pensamientos.
No creo en Dios
porque nunca lo vi. Si él quisiera que yo creyese en él, sin duda vendría a
hablar conmigo, y entraría por mi puerta diciéndome: “Aquí estoy”
¿Y qué se yo de
Dios que Dios no sepa de sí mismo?
-Cuidador de
rebaños ¿Qué te dice el viento al pasar
-Que es el viento
y que pasa y que ya pasó antes y pasará después ¿y qué te dice a ti?
-Mucho más que
eso...me habla de recuerdos y nostalgias y de cosas que nunca fueron.
-No,tú nunca oíste
pasar el viento. El viento habla de viento, lo que le oíste es mentira
-Entonces ¿me ha
mentido?
-No, la mentira
está en ti, no en el viento.
Belleza es el
nombre de algo que no existe.
Si los ríos
tuviesen éxtasis a la luz de la luna serían hombres enfermos.
¿Qué sabe el río y
qué sabe el árbol?
Las cosas no
significan, son.
Traigo al Universo
un Universo nuevo.
Y afuera hay un
gran silencio como de dios dormido.
Quiero que ella me
pronuncie para despertar de nuevo.
Soy una fuerza que
me abandona.
Amar es pensar.
Si las cosas
fueran diferentes, serían diferentes. Si las cosas fueran como tú quieres,
serían como tu quieres
A veces me pongo a
mirar una piedra, pero no me pongo a mirar si siente. No me pierdo llamándola
hermana, pero me gusta porque es una piedra, me gusta porque no siente nada, me
gusta porque no tiene ningún parentesco conmigo.
A veces oigo pasar
el viento y por oír pasar el viento siento que vale la pena haber nacido.
Cuando encima de
mi tumba crezca la hierba, sea esa la señal para que me olviden del todo.
Niño desconocido y
sucio que juegas a mi puerta.
¡Juega en el polvo,
juega!
Siempre vale la
pena ver una cosa por primera vez que conocerla, porque conocer es como no
haber visto nunca por primera vez.
¡juega! Toma una
piedra que te cabe en la mano, porque lo sabes ¿cuál es la filosofía que llega
a una certidumbre mayor? Ninguna, y ninguna puede venir a jugar a mi puerta
Todas las
opiniones que hay sobre la Naturaleza nunca hicieron crecer una hierba ni nacer
una flor.
¿Qué ciencia más
verdadera que las cosas sin ciencia?
Deberías verla,
nada más verla hasta no pensar en ellas.
Si cuando muera
escriben mi biografía nada hay más simple. Sólo tienen dos fechas: la de mi
nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son mío.
Coronadme de
rosas.
¿Qué serán mis
sueños sino obras de los dioses?
Vanos
pretendientes de algo mejor que la vida: Dejad la vida a creyentes más antiguos
que Cristo en su cruz y María llorando
¿Qué será de la
alta playa donde el mar es el Tiempo?
Antes que nosotros
en las mismas arboledas pasaba el viento.
Por encima de la
verdad están los dioses.
Cuando el rey está
en peligro,¿qué importan la carne y la sangre?
Bajo las sombras
que sin querer nos aman.
Dejemos que las
sombras nos llamen vanamente.
Yo quiero la flor
que eres, no la que das.
Lo que transcurre
es lo que somos.
Todo lo que cesa
es muerte.
Nada sino el
instante me conoce.
Lo que sentimos es
lo que tenemos.
Lo que pensamos,
sea amor, sea dioses, pasa, porque pasamos.
Quiero gastar las
concedidas horas de esta vida predestinada bajo la leve tutela de los dioses
indolentes
¡No me vengáis con
conclusiones! la única conclusión es morir.
¿Qué mal he hecho
yo a los dioses?
Pequeña verdad
donde se refleja el cielo.
Mientras demoran
el Abismo y el Cielo, quiero estar solo.
Formen un dios y
ocupen el mundo.
Me cuesta
levantarme de la silla donde me senté sin darme cuenta.
El destino guiando
la carroza de todo por la carretera de nada.
¡ Y tantos piensan
que son lo mismo, que no puede haber tal cantidad!
¡En todos los
manicomios hay locos chiflados por tantas certezas!
El mundo es del
que nace para conquistarlo, no del que sueña que puede hacerlo, por más certeza
que tenga.
Siempre seré el
que esperó que le abrieran la puerta ante una pared sin puerta.
¡Come chocolates,
pequeña, come chocolates!
Tú que consuelas,
que no existes, y por eso consuelas.
Oh marquesa
del siglo XVIII escotada y distante.
Hice de mí lo que
no supe y lo que podía hacer de mí no lo hice: Un día me puse el disfraz
equivocado. Pronto me tomaron por quién no era, y por no desmentirlo me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara, estaba pegada a mi cara. Cuando la quité y me
miré en el espejo, ya había envejecido, estaba borracho y no sabía llevar el
disfraz que no me había quitado.
Hacer con las
sensaciones un castillo de naipes.
Mi canto es tal
como está y es triste.
Dejadme ser el
surco que una rueda deja en el camino mientras no viene otra.
El trompo del niño
que empieza a parar y se tambalea con el mismo movimiento del alma y cae como
caen los dioses al suelo del destino.
El azar es una
muchacha rubia.
Se escriben versos
y se pasa por loco.
Siempre algo
opresivo se infiltra en lo hondo de mi corazón.
¡Grandes son los
desiertos, alma mía!
Grandes son los
desiertos y las almas desiertas y grandes. Grandes porque por ellas sólo pasan
ellas mismas y desiertas porque desde allí se ve todo y todo ha muerto.
¡Adiós para
siempre, reina de las hadas!
¿Quiénes son? Dios
mío, los símbolos...los símbolos...
Sonríe mientras
duermes, alma mía.
Gracias a Dios que
estoy loco.
Tener que pedir a
los días que pasen y nos dejen, eso es ser mendigo.
Pasan por mí, trastornadas,
cosas que sucedieron, todas esas de las que me arrepiento y me culpo. Cosas que
no me sucedieron, de las que también me arrepiento y me culpo y cosas que no
son nada y hasta de esas me arrepiento y me culpo.
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