viernes, 28 de enero de 2011

FERNANDO PESSOA - Frases

Mi corazón es un arma que cae y que se parte.Tu silencio la recoge y, partida, la arrincona.

Mi idea de ti es un cadáver que el mar trae a la playa.

El palacio está en ruinas.

Hay una viuda pobre que nunca llora.

La loca se fue con todos los candelabros.

Y mi alma es esa luz que ya no habrá en los candelabros.

Tu silencio que me arrulla es la idea de naufragar.

Mi alma es una lámpara apagada que aún está caliente.

Ah tu silencio es un perfil de cumbre al sol.

Se echan desnudas a la luna todas las ninfas.

La luz del sol no sabe lo que hace

Ah deja que te ignore....Tu silencio es abanico, un abanico cerrado que abierto sería tan,tan bello.Pero más bello es no abrirlo, para que la Hora no peque.

Hay tan poca gente que ame los paisajes que no existen

¿Desde dónde me están mirando? ¿Qué cosas incapaces de mirar me están mirando?

Se marchitaron más flores que las que había en el jardín.

Alguien va a entrar por la puerta.

Ah el tedio es la estatua de una mujer que va a venir.

Ángel del exilio, aurora negra.

Y la sombra de una nave más antigua que el puerto.

Me alegra oír la lluvia. Significa que el templo está encendido.

¿Quién interroga y sabe todos los nombres?

Voy a escribir esto en un papel para que no me crea nadie.

Lo que no sabes no lo sabrás nunca y lo que esperas lo esperarás por siempre.

Trueca por vino el amor que no tendrás.

Muerto ¿qué rosas olerás?

El alma tiene sombras.

Una locura que nace del deseo de comprender.

¿Por qué para ser felíz hace falta no saberlo?

El hombre es una carne inteligente.

Mi alma es una criatura desarrapada que duerme en un rincón oscuro.

Divago, creo eternidades mías en un opio de memorias y abandonos.

Entronizo reinas de fantasía sin tener para ellas ningún trono.

Pensar incomoda como andar bajo la lluvia cuando arrecia el viento y parece llover más.

El que está al sol y cierra los ojos empieza a no saber qué es el sol, y a pensar en muchas cosas llenas de calor. Pero abre los ojos y ve el sol, y ya no puede pensar en nada, pues vale más la luz del sol, que los pensamientos.

No creo en Dios porque nunca lo vi. Si él quisiera que yo creyese en él, sin duda vendría a hablar conmigo, y entraría por mi puerta diciéndome: “Aquí estoy”

¿Y qué se yo de Dios que Dios no sepa de sí mismo?

-Cuidador de rebaños ¿Qué te dice el viento al pasar
-Que es el viento y que pasa y que ya pasó antes y pasará después ¿y qué te dice a ti?
-Mucho más que eso...me habla de recuerdos y nostalgias y de cosas que nunca fueron.
-No,tú nunca oíste pasar el viento. El viento habla de viento, lo que le oíste es mentira
-Entonces ¿me ha mentido?
-No, la mentira está en ti, no en el viento. 
Belleza es el nombre de algo que no existe.

Si los ríos tuviesen éxtasis a la luz de la luna serían hombres enfermos.

¿Qué sabe el río y qué sabe el árbol?

Las cosas no significan, son.

Traigo al Universo un Universo nuevo.

Y afuera hay un gran silencio como de dios dormido.

Quiero que ella me pronuncie para despertar de nuevo.

Soy una fuerza que me abandona.

Amar es pensar.

Si las cosas fueran diferentes, serían diferentes. Si las cosas fueran como tú quieres, serían como tu quieres

A veces me pongo a mirar una piedra, pero no me pongo a mirar si siente. No me pierdo llamándola hermana, pero me gusta porque es una piedra, me gusta porque no siente nada, me gusta porque no tiene ningún parentesco conmigo.

A veces oigo pasar el viento y por oír pasar el viento siento que vale la pena haber nacido.

Cuando encima de mi tumba crezca la hierba, sea esa la señal para que me olviden del todo.

Niño desconocido y sucio que juegas a mi puerta.

¡Juega en el polvo, juega!

Siempre vale la pena ver una cosa por primera vez que conocerla, porque conocer es como no haber visto nunca por primera vez.

¡juega! Toma una piedra que te cabe en la mano, porque lo sabes ¿cuál es la filosofía que llega a una certidumbre mayor? Ninguna, y ninguna puede venir a jugar a mi puerta

Todas las opiniones que hay sobre la Naturaleza nunca hicieron crecer una hierba ni nacer una flor.

¿Qué ciencia más verdadera que las cosas sin ciencia?

Deberías verla, nada más verla hasta no pensar en ellas.

Si cuando muera escriben mi biografía nada hay más simple. Sólo tienen dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son mío.

Coronadme de rosas.

¿Qué serán mis sueños sino obras de los dioses?

Vanos pretendientes de algo mejor que la vida: Dejad la vida a creyentes más antiguos que Cristo en su cruz y María llorando

¿Qué será de la alta playa donde el mar es el Tiempo?

Antes que nosotros en las mismas arboledas pasaba el viento.

Por encima de la verdad están los dioses.

Cuando el rey está en peligro,¿qué importan la carne y la sangre?

Bajo las sombras que sin querer nos aman.

Dejemos que las sombras nos llamen vanamente.

Yo quiero la flor que eres, no la que das.

Lo que transcurre es lo que somos.

Todo lo que cesa es muerte.

Nada sino el instante me conoce.

Lo que sentimos es lo que tenemos.

Lo que pensamos, sea amor, sea dioses, pasa, porque pasamos.

Quiero gastar las concedidas horas de esta vida predestinada bajo la leve tutela de los dioses indolentes

¡No me vengáis con conclusiones! la única conclusión es morir.

¿Qué mal he hecho yo a los dioses?

Pequeña verdad donde se refleja el cielo.

Mientras demoran el Abismo y el Cielo, quiero estar solo.

Formen un dios y ocupen el mundo.

Me cuesta levantarme de la silla donde me senté sin darme cuenta.

El destino guiando la carroza de todo por la carretera de nada.

¡ Y tantos piensan que son lo mismo, que no puede haber tal cantidad!

¡En todos los manicomios hay locos chiflados por tantas certezas!

El mundo es del que nace para conquistarlo, no del que sueña que puede hacerlo, por más certeza que tenga.

Siempre seré el que esperó que le abrieran la puerta ante una pared sin puerta.

¡Come chocolates, pequeña, come chocolates!

Tú que consuelas, que no existes, y por eso consuelas.

 Oh marquesa del siglo XVIII escotada y distante.

Hice de mí lo que no supe y lo que podía hacer de mí no lo hice: Un día me puse el disfraz equivocado. Pronto me tomaron por quién no era, y por no desmentirlo me perdí. Cuando quise quitarme la máscara, estaba pegada a mi cara. Cuando la quité y me miré en el espejo, ya había envejecido, estaba borracho y no sabía llevar el disfraz que no me había quitado.

Hacer con las sensaciones un castillo de naipes.

Mi canto es tal como está y es triste.

Dejadme ser el surco que una rueda deja en el camino mientras no viene otra.

El trompo del niño que empieza a parar y se tambalea con el mismo movimiento del alma y cae como caen los dioses al suelo del destino.

El azar es una muchacha rubia.

Se escriben versos y se pasa por loco.

Siempre algo opresivo se infiltra en lo hondo de mi corazón.

¡Grandes son los desiertos, alma mía!

Grandes son los desiertos y las almas desiertas y grandes. Grandes porque por ellas sólo pasan ellas mismas y desiertas porque desde allí se ve todo y todo ha muerto.

¡Adiós para siempre, reina de las hadas!

¿Quiénes son? Dios mío, los símbolos...los símbolos...

Sonríe mientras duermes, alma mía.

Gracias a Dios que estoy loco.

Tener que pedir a los días que pasen y nos dejen, eso es ser mendigo.

Pasan por mí, trastornadas, cosas que sucedieron, todas esas de las que me arrepiento y me culpo. Cosas que no me sucedieron, de las que también me arrepiento y me culpo y cosas que no son nada y hasta de esas me arrepiento y me culpo.

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