viernes, 28 de enero de 2011

ROBERET LOWELL & EDIT SITWELL - Frases


ROBERT LOWELL
Dios es obscuro y su nombre es obscuro.
Su pesado sable relumbra con la escarcha.
¿Dónde está el jardín del verano?
Las campanillas del heno.
Su dolor no es de este mundo.
¡Cordero de los pastores qué inmóvil yaces!
¡Corazón mío, late más rápido!
Yo te oigo, estupor mundi
El poste indicador de un perro es un crucifijo.
Los cirios gotean junto a un altar vacío.
Camina sobre las aguas el pescador de hombres.
La luna podría deshacer al Hombre.
El arco de Jehová verdaderamente me sostiene.
Cristo camina sobre las aguas negras.
La tierra fue nuestra maldición.

EDITH SITWELL
Amad mi corazón por una hora pero mis huesos por un día.
Come through the darkness of death.
El campo del alfarero.
La Santa noche de la Concepción.
Tormentosa columna de fuego: luminosa destrucción.
Fuego en el corazón de los hombres!
Os entrego un mensaje de las tinieblas.
Los grandes rayos del corazón se sazonan sabiamente en la muerte.
Yo llegué a la boca de la tumba
Hemos estado ciegos y hemos despojado a Dios de todas las cosas.
(...para ver la luz que resplandece en las tinieblas)
Devoro todas las cosas o las hago mías.
Trigo de las tinieblas.
Bajo la lluvia las llagas y el oro son lo mismo.
Hacia ti que me abates. Oh Dios mío, me elevaré.
Verde fluye el río de los muertos.
En el camino de nada hacia ninguna parte.
Qué larga es la terrible calle de la sangre.
Yo creí que el camino de la sangre jamás acabaría.
Verde fluye el río del Leteo, Oh lento río del Leteo.
Atado a mi corazón como Ixión a la rueda.
Clavado a mi corazón como el ladrón a la cruz.
La abertura por donde se perdió el mundo.
Extinguido está el corazón del hombre.
Los caminos están agobiados por tus pasos.
Me alejo de él como el mundo se aparta del sol.
Tu sonrisa hecha en labios por los besos que no existen.
¿Son estas tus lágrimas?
Todo el peso de la Muerte no puede igualarse al Amor.
La muerte también se compadece.
Os entrego un mensaje de las Tinieblas.
Aún cae la lluvia en el campo de la sangre.
El mal puede ser tirado como un vestido andrajoso y la sabiduría atrapada igual que una liebre. Y retenida en el dorado talego del corazón.
Toda mi sangre es animal.
Oh si se extinguiese toda mi sangre.
Hermosísima sangre nacida del exuberante esplendor de la sangre.
Somos la sonrisa que no vuelve.
Adán mío, rojo barro del Huerto
Blanco sol nacido del tallo de un lirio.
La guerra de los hombres con los ángeles.
Tus ojos son negros y profundos como el sueño prenatal.
La sangre de Cristo inunda el firmamento.
Oh perdona en tu larga noche a mi corazón.
Demasiado pobre soy para identificarme con la propia muerte.
Tú no volverás.
Esa piedra es mi corazón, yo la puse sobre tus ojos.
Oh Sol de mi vida, retorna a la tierra que espera, al seno de tu madre, al corazón, a los brazos vacíos.

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