viernes, 28 de enero de 2011

ALEJANDRA PIZARNIK

  • Estoy borracho y no tengo otro lugar dónde ir más que a la tumba.
  • Esto sí que es vida. Pasearse en triciclo y luego colocarse en el centro del mundo.
  • Buscamos lo absoluto y no encontramos sino cosas.
  • El lobo gris, se acercará entre las arenas y las piedras, porque romperá todas las puertas, porque sacará afuera a los muertos para que devoren a los vivos, para que sólo haya muertos en la tierra.
  • Entre el verde y el azul, fui herido.
  • Los perros son como la muerte: sólo quieren huesos.
  • ¿Tendré tiempo de hacerme una máscara para cuando emerja de las sombra?
  • Día de sal. Día de espejos rotos.
  • ¿dónde se aposenta aquello que espera que me calle para tomar posesión de mí?
  • Las muñecas desventradas por mis antiguas manos de muñeca.
  • Un lugar desde el cual partir.
  • Sus ojos eran la entrada del templo.
  • Yo caminaría por todos los desiertos del mundo, y aún muerta te seguiría buscando, a ti, que fuiste el lugar del amor.
  • Y la muerte es ella. La muerte de cabellos del color del cuervo, vestida de rojo, blandiendo en sus manos funestas un laúd y un hueso de pájaro para golpear mi tumba.
  • Se alejó cantando y contemplada de atrás parecía una vieja mendiga a quien los niños le arrojaban piedras.
  • Si me pide la luna es porque la necesita.
  • A la puesta del sol pondrán a la reina en una jaula, la llevarán a un templo ruinoso y la dejarán allí sola
  • Corazón de la noche, habla.
  • Una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo.
  • La noche tiene la forma de un grito de lobo.
  • Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
  • Cuídate de la silenciosa en el desierto, de la viajera con el vaso vacío, y de la sombra de sus sombra.
  • Desaparezco para reaparecer en el mar.
  • Es el miedo: el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre.
  • Hemos dicho palabras para despertar a los muertos.
  • Porque te busco, Noche. Porque duermo con tus muertos.
  • Descríbeme la casa del vacío.
  • ¿Qué bestia caída se arrastra por mi sangre y quiere salvarse?
  • Ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche.
  • Siniestro delirio amar a una sombra.
  • La muerte se posa desnuda en mi sombra.
  • Pequeña estatua del terror.
  • Sin manos para decir nunca.
  • Sin manos para regalar mariposas a los niños muertos.
  • Escribo con un cuchillo erguido en la oscuridad.
  • Hay que salvar al viento.
  • Mamá,¿quién es esa ladrona de marionetas que canta en el jardín?
  • Cuando yo muera, ¿quién me lo va a decir?
  • Aún saber que hay solución me intranquiliza, aunque la hubiera.
  • ¿Por qué hablo con verbos activos como si me hubiese pasado la noche con una espada en la mano?
  • He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos.
  • No hay por dónde respirar y tú hablas del soplo de los dioses.
  • Habla, pero sobre el escenario de las cenizas, habla pero desde el fondo del océano donde está la muerte cantando
  • Dios tiene tres llaves: la de la lluvia, la del nacimiento, y la de la resurrección de los muertos.
  • Había una vez un hombre que vivía junto a un cementerio.
  • Pequeña centinela, caes una vez más por la ranura de la noche sin más armas que los ojos abiertos y el terror.
  • Y nada será tuyo, salvo un ir hacia donde no hay dónde.
  • Cuídate de la que camina en el desierto.
  • Ella escribe como una lámpara que se apaga
  • La noche es una mujer vieja con la cabeza llena de flores.
  • Si digo pan ¿comeré? Si digo agua, ¿beberé?
  • Alguien canta en el lugar en que se forma el silencio.
  • Para que las palabras no basten es preciso una muerte en el corazón.
  • Un tiempo como un guante sobre un tambor.
  • Vida ¿qué has hecho de mi vida?

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